De la Academia Filipina, correspondiente de la RAE
1. LA PRIMERA ESTRATEGIA: NEGAR QUE EL IDIOMA ESPAÑOL SE HABLÓ, Y SE HABLA, EN FILIPINAS
Es verdad que nunca fueron todos los habitantes de las Islas Filipinas los que tuvieron al idioma español como su lengua materna. Pero tampoco es justo decir que este idioma nunca se habló en Filipinas en escala nacional o "que nunca tomó tierra".
El mero hecho de que el español empezó a ser el idioma oficial de las Islas Filipinas desde el 24 de junio de 1571, día de la fundación de Manila como la ciudad cabecera del Estado Filipino bajo la Corona de España, hasta en 1987, año en que se promulgó la cuestionable constitución de la presidente Corazón 'Cory' C. Aquino, bien puede poner en solfa a todos aquellos que digan que este idioma nunca se habló en, o que nunca llegó a, Filipinas.
Siendo idioma oficial durante tantos siglos debe muy bien entenderse que fue el idioma de la judicatura, de la legislatura y de las escrituras y las publicaciones oficiales, como judiciales, de este Archipiélago.
También es innegable que existe un gran cuerpo de obras literarias, en fin una tradición literaria, por autores filipinos desde 1593, año en que se fundó la primera imprenta en estas islas, hasta el presente.
Todo esto es evidencia de que el idioma español bien se habló en Filipinas, y no en la extensión regateada en que los cuestionables documentos usenses o norteamericanos nos quieren decir.
Y decimos ‘cuestionables documentos’ porque ya es un hecho que los colonialistas usenses han tenido, ---¡y tienen!---, una "language agenda" a favor del inglés desde 1898 y en contra del idioma español en Filipinas al que miran como un obstáculo latente a sus objetivos "lingüísticos" y de imperio económico.
En cuanto a la irresponsable aseveración de que el idioma español "nunca tomó tierra en Filipinas" reproducimos las palabras de un prohombre filipino, Rafael Palma, socio fundador, en 1924, de la Academia Filipina y, más tarde, Presidente de la "University of the Philippines" fundada en 1908 por el colonialismo WASP usense. Escribe el antiguo, y arrepentido, revolucionario filipino, señor Rafael Palma:
"¡Aun vive la vieja alma de España aquí! En todas partes veo su sombra, proyectándose como desde una inmensa altura y ocupándolo todo. Rastrea su influencia en todas nuestras poblaciones, en los monumentos, en los templos, en las calles, en los cuadros de las casas, en los libros del que aprendimos, en nuestras maneras, en el lenguaje, hasta en lo último, en nuestros vicios y defectos. Se nos ha trasvasado en las venas la sangre de aquella España decadente que nosotros despojamos aquí…
"La sombra de España peregrinará por nuestra tierra años y años. Aun hablaremos su lenguaje los que crecimos odiándola por sus instituciones y sus hombres, los que con la pasión de la libertad masónica deshicimos su cabeza con el hacha de la revolución. Por eso, me empequeñece el hablar mal de España y los españoles.
Siento rubor y vergüenza cuando injurian a esa vieja nación los hijos de esta tierra… España no es ya más que una sombra en tierra filipina é injuriar a una sombra es propio de pequeños y cobardes." (Fragmento de su artículo: "¡Saludo a esa vieja España!" (Palma, 1914, 127-129, en el periódico de Cebú, ‘El Nuevo Día’, editado por Sergio Osmeña, luego presidente de Filipinas.)
Otro escritor filipino de gran renombre, Tirso de Irrureta Goyena, en un artículo que publicó en la segunda década de los 1900, no solamente corrobora lo que el rebelde katipunero Rafael Palma escribió en 1914, sino que define al idioma castellano, o español, como el verdadero idioma nacional de los filipinos. Dice:
“El idioma castellano no tiene ni puede tener en Filipinas la misma consideración que el inglés, con merecerla, y mucho, este idioma. El castellano en algo más. Es, en la actualidad, un idioma tan filipino como lo son el tagalo y el bisaya. Y lo es, porque en ese idioma se ha moldeado la nacionalidad filipina.
“Antes del descubrimiento de las islas había en el archipiélago un sistema de gobierno primitivo en relación con el de los países occidentales. Sí, pero gobierno al fin, que integraba un principio de autoridad, un derecho y una persona que era el símbolo de la soberanía. Pero esta soberanía no era única, porque existían varias, tan independientes unas de otras, como lo son en la actualidad los distintos estados sud-americanos. No existía entonces una verdadera nacionalidad filipina, sino que existían una nación cebuana, una tagala, una mora ó mahometana, etcétera. Y aun dentro de estas agrupaciones, la división política se fraccionaba de una manera múltiple. Tres cientos años de dominación hispana, hicieron desaparecer esas soberanías independientes y borraron el fraccionamiento político del archipiélago. Las distintas nacionalidades, como la tagala, la bisaya, la ilocana dejaron de ser tales nacionalidades y dejaron de ser tales soberanías políticas independientes, y separadas entre sí, para convertirse en meras regiones de una nacionalidad superior que es la actual filipina.
“El descubrimiento y la conquista obraron en Filipinas el mismo fenómeno que en América . En México, por ejemplo, no existía la nación mexicana. Existían los mexicanos, los tlaxcaltecas, los cempoales. La invasión hispana borró esas diferencias y la entidad México surgió por primera vez como un sólo cuerpo ante la Historia. Así también surgió aquí, en estas islas, por obra de la conquista, la nacionalidad mayor, la nacionalidad filipina.
“Quizás se arguya que lo que se creó fue, no una nacionalidad nueva, sino una especie de estado nuevo. Pero no es así. Un estado no representa más que la unidad política, como la que existe en la India, donde los ingleses han creado un virreinato colonial a explotar, pero han tenido buen cuidado de conservar las diversas religiones, costumbres y aún gran parte de las soberanías políticas limitadas que había antes de la ocupación, llegando al extremo de poner unos sultanatos frente á otros, para dominar sobre las bases de la división interna y de las luchas intestinas.
“La unidad establecida por el dominio hispano en Filipinas fué una unidad más alta, más noble y más desinteresada. Fué una unidad de religión, de costumbres y de tradiciones. Esa religión no era ninguna de las anteriormente existentes en el país antes del descubrimiento. Algunas de esas costumbres fueron importadas directamente de España y los Virreynatos de América, y, sí, el resto lo constituyeron las mismas costumbres autóctonas, fueron profundamente modificadas en el troquel de la civilización hispana. Las tradiciones son también un producto resultante de las leyendas nativas y las españolas, y durante el transcurso de tres centurias se creó un acervo tradicional netamente hispano-filipino. . Se creó, en realidad, la verdadera nacionalidad é historia de Filipinas.
“Ninguno de los lenguajes del archipiélago habia hecho sentir su predominio sobre los otros. Pues vino este último, el castellano, á estas islas, y constituyó el nexo de unión entre todos los miembros de la naciente nacionalidad filipina. Fué el medio de que pudieron servirse para entenderse entre sí el tagalo con el bisaya, el ilocano con el bicolano.
“Si asi no hubiese ocurrido, la literatura revolucionaria del país hubiera sido tan solamente tagala ó pampanga, pero no fué asi. Los patriotas de la época revolucionaria, para inflamar á su pueblo, emplearon el idioma castellano. Este fué el vehículo espiritual de la guerra libertadora. Esto no puede dudarse. No puede suponerse que lo hicieron los insurgentes tan solo para hacerce oir y entender del gobierno de la metrópoli contra la cual luchaban, porque los patriotas de la revolución redactaban en ese mismo idioma sus proclamas, sus órdenes, sus arengas, sus decretos, sus resoluciones y sus leyes. Gobernaban y dirigían al pueblo filipino en castellano.
“Y al cristalizar aquel movimiento en un gobierno formal, ese gobierno redactó su constitución política y deliberó, resolvió y dió fé de vida de todos sus actos oficiales en el idioma de Castilla. Las relaciones contractuales y demás documentos representativos de las diversas transacciones de la sociedad filipina durante la época revolucionaria y hasta mucho después, se realizaron, en su mayor parte, en castellano.
“¿Y por qué lo hicieron así? Porque, sencillamente, consideraban al castellano como el idioma nacional de todos los filipinos. Si hubiesen tenido al castellano como extrangero, no hubieran redactado en castellano los filipinos su código fundamental, sus leyes, sus decretos, su prensa, sus documentos; todos los actos de su vida. En fin, no habrían hablado ni escrito en ese idioma.
“Pretender ahora que ese idioma desaparezca de aquí y sea suplantado por otro, sea el inglés ó sea cualquier otro, sería pretender borrar la verdadera historia, la verdadera nacionalidad filipina y la verdadera vida del país. Hay que conservar el castellano, porque es uno de nuestros idiomas, y como lazo de unión, como factor común, es nuestro idioma superior, nuestro idioma filipino, nuestro idioma genuino y verdaderamente nacional.” (Fragmento de su artículo de prensa que luego fue recogido como parte de su libro “Por el Idima y Cultura Hispanos en Filipinas”, página 40, Imprenta UST. Manila , 1917.)
2. LA RAZÓN DE SER DEL IDIOMA ESPAÑOL EN FILIPINAS
Por cierto que esa razón de ser, como queda muy bien señalado, es mucho más de lo que el idioma inglés pueda tener ya que los habitantes de Filipinas se convirtieron, además, en plenos ciudadanos españoles mientras que los mismos, bajo la férula de EE.UU., jamás fueron aceptados por los neocolonialistas WASP usenses como plenos ciudadanos de ningún Estado de Norte-América, durante todo el tiempo que duró el directo régimen colonial norteamericano, (de 42 años), sobre este archipiélago.
Esta misma verdad sobre la razón de ser del idioma español en Filipinas con relación al estatus de ciudadanos españoles otorgado a todos los filipinos es un hecho que se ve citada, aunque renuentemente, por un historiador WASP usense, John Leddy Phelan, en su libro "The Hispanization of the Philippines" (La Hispanización de Filipinas, -- Imprenta de la Universidad de Wisconsin,1953, EE.UU.).
En medio de su visceral hispanofobia, Mr. Phelan, no pudo ocultar del todo el hecho de la ciudadanía española de los habitantes de estas islas cuando sus mismos reyezuelos indígenas libremente aceptaron al Rey de España como su "natural soberano" ("natural sovereign" Op.cit. pp. 23-25) a cambio de los servicios que la corona española les iba de dar y que, de hecho, les dio, tales como la fundación y la organización del Estado Filipino desde los tiempos del Adelantado Miguel López de Legazpi que, para empezar, fundó Manila como la Capital y asiento del gobierno del Estado Filipino.
Al aceptar al Rey de España como su natural soberano, los habitantes aborígenes de estas islas se convirtieron en plenos sujetos españoles, es decir ciudadanos españoles.
Y, al hacerse ciudadanos de España, (específicamente entre 1810 y 1830 con la Constitución Democrática de Cádiz), tenían de hecho la necesidad de aprender el idioma español, idioma de sus leyes, y utilizarlo como el idioma oficial de su Estado Filipino cuyo nombre es Filipinas. Ésa, en breve, es la razón de ser del idioma español en Filipinas puesto que tras casi cuatro siglos, los tagalos, los visayos, los ilocanos, los chinos del Mayí, etcétera, se desarrollaron y se convirtieron en filipinos por precisamente hablar en español hasta que la ya existente nacionalidad filipina pensó en su independencia política con la fundación de la Primera República de Filipinas en 1896. Y la razón de ser del idioma español en estas islas no pudo negarse ni por la República revolucionaria de 1898 porque tuvo este mismo idioma como su lengua oficial.
Cuando los Estados Unidos se anexionaron las Islas Filipinas en 1900, tras despiadadamente destruir en una guerra injusta a la mencionada República de Filipinas, forzó el idioma inglés sobre los habitantes de estas islas, mediante un sistema de educación pagado por dichos habitantes, sin hacerles, a los mismos, ciudadanos de Estados Unidos.
3. DE AGUSTÍN DE CAVADA A MALOLOS
Pasemos ahora al campo de las estadísticas. Es verdad que cuando Filipinas tan solamente tenía una población de un poco más de cuatro millones y medio (4,500,000), Agustín de la Cavada y Méndez de Vigo, señaló que los indios, o indígenas, que hablaban español en estas islas no rebasaban el 2.8 por ciento del número de la población citada.
Pero este libro de tal estadística salió a la luz en 1870 o tan solamente siete años después de que, por decreto de la Reina Isabel II en el año 1863, se establecía el sistema de instrucción pública en todas las islas cuyo medio de instrucción era predominantemente el español, ----con los idiomas principales del archipiélago sirviendo de medios auxiliares de educación.
Al llegar el año de 1898, en que se separó Filipinas de España, el porcentaje de los filipinos de habla española tendría que haber aumentado considerablemente. Y si, de hecho, el aumento del número de hispanohablantes no hubiese crecido en proporciones más altas y de extensiones más profundas en todas estas islas a partir del dado 2.8 por ciento en 1870, los delegados filipinos a la primera convención constituyente celebrada en Malolos, Bulacán, en 1898, no hubiesen declarado al idioma español como la optada lengua oficial de la República de Filipinas, ---- tal como nos lo tiene provisto la Constitución de Malolos.
Tampoco hubiesen utilizado, los gobernantes filipinos bajo el Presidente Emilio Aguinaldo, al idioma español en todas sus proclamas y sus publicaciones oficiales, ----entre las cuales se encuentra el diario-vocero denominado "La Independencia".
Y José Rizal, un políglota que bien sabía siete lenguas Incluyendo la tagala y la inglesa, no hubiese escrito sus obras fundamentales en español. Las hubiese escrito en inglés y en tagalo. ¡Pero no! Todo lo escribió José Rizal en español para sus compatriotas que naturalmente podían leerle en esta misma lengua.
4. MANUEL ARELLANO REMONDO
En un libro publicado en 1908 por la Tipografía del Colegio de Santo Tomás de Manila, titulado Geografía General de Las Islas Filipinas, cuyo autor es el Muy Reverendo Padre Fray Manuel Arellano Remondo, se encuentra el siguiente dato en la página 15.
"La población disminuyó por razón de las guerras, en el quinquenio de 1895 a 1900, pues al empezar la primera insurrección se calculaba en 9,000,000 y actualmente (1908) no llegarán a 8,000,000 los habitantes del Archipiélago".
La referida "primera insurrección" fue la que ocurrió el 29 de agosto de 1896 en contra del gobierno español. En ese caso, la población de Filipinas en ese año llegaba a los citados nueve millones (9,000,000) de habitantes, según esta fuente, aunque hay otras fuentes que dicen diez millones (10,000,000).
5. LAS ESTADÍSTICAS DE 1903-05 SE HICIERON A BASE DE UNA EQUIVOCACIÓN ADREDE
Los censos norteamericanos de 1903 y 1905, calculan de soslayo que los hispanohablantes de este archipiélago nunca han rebasado, en su número, a más del diez por ciento (10%) de la población durante la última década de los mil ochocientos (1800s).
Esto quiere decir que 900,000 filipinos, el diez por ciento de los dados nueve millones citados por el Fray Manuel Arellano Remondo, tenían al idioma español como su primera y única lengua.
No es verdad que ese 10% de aludidos filipinos tenía al idioma español tan solamente como una segunda, o una tercera, lengua. Subrayamos, a riesgo de repetirnos, que lo tenían como su única lengua. Su primera lengua. Su lengua materna.
Además de esos nuevecientos mil (900,000), Don Luciano de la Rosa, katipunero y el abogado defensor de los demandados por libelo a raíz del editorial "Aves de Rapiña" del diario manileño, ‘EL RENACIMIENTO FILIPINO’ de 1907, concluye, en un estudio que citamos en el libro: Filipino: Origen y Connotación, Manila, 1960, "que es el 60% de los filipinos" de su tiempo "los que tenían al idioma español como su segunda lengua".
Si añadimos a los 60% los anteriores 10%, tenemos al 70% de la población filipina como usuaria cotidiana del idioma español entre 1890 y 1940.
6. DEAN C. WORCESTER, VERDUGO DE LA PRENSA LIBRE EN FILIPINAS
El dato dado por el abogado Luciano de la Rosa queda corroborado por la declaración jurada del Secretario del Interior y el demandante en aquel escandaloso caso contra el diario "El Renacimiento" , Dean C. Worcester, cuando éste reveló bajo juramento judicial que:
"El español se habla y se lee a un grado más o menos alto en todos los pueblos; en prácticamente todos los barrios importantes, y, a un grado limitado, en el territorio habitado por las tribus no-cristianas". (Vide: página 86 de "TRIAL TECHNIQUE AND PRACTICE IN COURT" Vol. IV, 3ra Edición, Por el abogado Vicente J. Francisco (fundador del famoso "Francisco Law School"), que contiene el archivo del célebre caso de libelo contra el diario El Renacimiento sobre su editorial "Aves de Rapiña" en 1908.)
Por otro lado, unos recientes estudios por el Dr. Rafael Rodríguez Ponga señalan, sin embargo, que los filipinos de habla española, al liquidarse la presencia peninsular en este archipiélago, llegaban al catorce (14%) por ciento de la población de la década 1891-1900. Es decir, el 14% de una población de nueve millones (9,000,000), que serían un millón (1,260,000) y dos cientos sesenta mil de filipinos que eran primordialmente de habla hispana. (Vea Cuadernos Hispanoamericanos, enero de 2003).
7. EL PRIMER GENOCIDIO FUE VERDADERAMENTE SANGRIENTO
El Padre Fray Manuel Arellano Remondo, al informarnos que "la población disminuyó por razón de las guerras", se refiere indudablemente a las víctimas de la Guerra entre la primera República de Filipinas de 1898 y el invasor Estados Unidos de Norteamérica. Esa disminución de la población filipina nos lo señala luego otra fuente, esta vez usense norteamericana, como constituyendo "la sexta parte de la población filipina".
La fuente norteamericana a la que nos referimos es la del historiador James B. Goodno autor del libro The Philippines: Land of Broken Promises, Nueva York, 1998, cuya página 31 nos suministra esa importante cifra y dato. Si hemos de creer que fue LA SEXTA PARTE de la población filipina la que pereció como víctima de las sangrientas masacres perpetradas por la soldadesca invasora de Estados Unidos entre 1898 y 1902, las bajas de una población total de nueve millones sumarían, de hecho, a un millón y medio (1,500,000). Y, diga lo que se diga, este hecho histórico es evidencia de nada menos que de un genocidio cometido en contra del pueblo filipino que precisamente es de habla española. Si ahora se puede inclusive decir que el español "nunca se habló en Filipinas", ese resultado es la evidencia misma del genocidio perpetrado durante la guerra filipino-usense que se prolongó hasta 1907, ----incluyendo la masiva resistencia armada puesta frente a la invasión militar de Estados Unidos, por parte del segundo presidente y general de la República Filipina de 1898, Macario Sacay y de León.
El Presidente Macario Sacay asumió el poder tras la captura y arresto domiciliar del Presidente Emilio Aguinaldo. Pero en 1906 Sacay fue engañado, mediante políticos filipinos (que empezaron a creer en la "benevolencia" norteamericana), con una falsa oferta de amnistía y un posible puesto en la proyectada Asamblea Nacional de 1907.
Tras ser capturado durante un baile dado en su honor, el Presidente Macario Sacay fue calladamente ahorcado en 1907 de una forma injusta y totalmente criminal en comparación con el caso de José Rizal. ¡Ahorcaron criminalmente al segundo presidente de la República de Filipinas! Pero ningún libro de texto para la enseñanza de la historia filipina denuncia este crimen de la misma forma en que se denuncia el fusilamiento de José Rizal.
El citado Don Luciano de la Rosa también nos informa que "es de esperar que una enorme proporción de esas bajas sean filipinos de habla hispana ya que eran los de este habla los que mejor entendían los conceptos de independencia y libertad y los que escribieron obras en idioma español sobre dichas ideas"
8. EL MANIPULADO CENSO DE 1903-05
Es por eso que es el mismo libro del P. Arellano Remondo el que nos da la siguiente información estadística, para la primera década de los mil nueve cientos (1900s), en los siguientes términos:
"6o. Población. ---El censo oficial de 1903 obtuvo el siguiente resultado en su conjunto: 7,635,426. Y, de éstos eran civilizados o cristianos unos 7,000,000, y salvajes, o no-cristianos, 647,000". (Página 15, Op. Cit.). Ese mismo censo de 1903 informa que los criollos, luego mestizos de español eran 75,000 o apenas un por ciento (1%) de la población. Se quiso dar a entender que éstos eran los que primordialmente hablaban español. Al decir ‘mestizos de español’ se entiende que el padre es peninsular y la madre es indígena.
No se contaron como también de habla española a los que eran hijos de matrimonios entre mestizos de español é indígenas que, por cierto, eran más numerosos que los dados 75,000 de mestizos a razón del 50 al 50.
Tampoco se contaron a los descendientes de los chinos cristianos, muchos de ellos siendo mestizos terciados por ser mezcla de español, indígena y chino, que constituían el grupo más numeroso que tenía al idioma español como su primera lengua.
Tampoco se clasificaron como de habla española a los indígenas que componían las comunidades de habla criollo, o chabacano, de Cavite y los de Extramuros de Manila, (Ermita, Pacô, Binondo, San Miguel y Quiapo), amén de los de Zamboanga, Cotabato, Davao, Joló y Basilan en Mindanao que muy fácilmente sumaban a otros 500,000.
9. FILIPINOS DE ASCENDENCIA ESPAÑOLA
En 1916, el ya mencionado escritor, miembro de la Academia Filipina de la Lengua Española y abogado, Don Tirso de Irrureta Goyena hace esta otra observación en su citado libro “Por el Idioma y Cultura Hispanos" (Pp.38 y 39).
“Hay una minoría de filipinos, descendientes de individuos de raza española que tiene el castellano naturalmente como idioma propio y casi por decir único”.
“Hay algunas localidades donde filipinos indígenas, de pura raza nativa, como Cavite, San Roque, Caridad, Zamboanga, y aun muchos de los que en Manila y en otras capitales importantes viven, que no poseen asimismo otro idioma que el castellano más ó menos adulterado”.
“Y, los mestizos de americanos son una minoría microscópica, en muchos de cuyos descendientes, se ve el curioso fenómeno de adoptar el castellano ó alguno de los idiomas nativos, dejando por completo el idioma inglés”.
Y en otro capítulo de su mismo libro, Don Tirso concluye como sigue:
"No necesitó del inglés el pueblo filipino para dar el grito de Caloocan y luchar con Bonifacio en Balintawak; ni conocía el idioma de Shakespeare aquella hueste heróica que en los llanos del centro de Luzón hizo frente, con tanta grandeza de corazón como escasez de balas y fusiles, a los ejércitos de Norteamérica dotados de todos los medios de combate y provistos de numerosa artillería.
"Y el Congreso de Malolos, que promulgó una Constitución para el pueblo entre el silbido de los proyectiles y el estruendo de las bocas de fuego, deliberó en castellano y lo declaró idioma oficial de la República Filipina.
10. DAVID P. BARROWS O LOS INFORMES WASP USENSES SOBRE EL ESPAÑOL FRENTE AL INGLÉS.
En el Octavo Informe Anual (Eight Annual Report) del Sr. Director de Educación, David P. Barrows, fechado 1 de agosto, 1908, (publicado por el Bureau of Printing, 1957, Manila) se encuentran las siguientes observaciones sobre el idioma español:
"Of the adult population, including persons of mature years and social influence, the number speaking English is relatively small. This class speaks Spanish, and as it is the most prominent and important class of people in the Islands, Spanish continues to be the most important language spoken in political, journalistic and commercial circles." (P.94. Op.Cit.).
Esta observación señala que la población adulta del país, que incluye a personas de años maduros y de influencia social, "tenía al idioma español como su lengua por lo que el mismo idioma español continuaba siendo la lengua más importante hablada en todos los círculos comerciales, políticos y de prensa".
Esta observación confirma el dato dado por el abogado Don Luciano de la Rosa sobre el español siendo el segundo idioma del sesenta (60%) por cien de la población total de Filipinas durante las primeras cuatro (4) décadas de 1900.
11. AUMENTAN, EN CAMBIO, LOS HISPANO-PARLANTES CON EL INGLÉS
Lo más curiosamente significativo es que la supuesta alfabetización o escolarización en inglés, dada en las escuelas públicas establecidas por los norteamericanos desde 1900, "tendía a producir a un número mayor de filipinos de habla española y no de habla inglesa". Es por eso que es el mismo Director de Instrucción, Mr. David P. Barrows, el que, alarmado y casi indignadamente, escribe lo que sigue:
"It is to be noted that with the increased study and use of English, there has been an increased study of Spanish. I think it is a fact that many more people in these islands have a knowledge of Spanish now than they did when the American occupation occurred." (Los subrayados son nuestros.)(p. 96. Op.Cit.).
Tras pedir más fondos con miras de presupuestar "night schools", o escuelas que también tengan clases nocturnas, por las que se tenía que redoblar la enseñanza é imposición del inglés sobre los niños y adultos filipinos con el objetivo de no dejarles dentro de la influencia del predominante idioma español, dicho Mr. Barrows se pone a asegurar al mundo, y muy a la manera de un autoconsuelo para si mismo y para sus superiores en Washington D.C., que el idioma español, con ciertas medidas tomadas en su contra, tendría que desaparecer a la larga porque los filipinos están lejos de los países de habla española por lo que no podrían tener ningún apoyo por parte de aquellos.
Afirma Mr. Barrows:
"Pero, a pesar de estos hechos, a favor suyo, el idioma español va a desaparecer porque carece del apoyo de los países de habla española adyacentes a nosotros…" (p.96, Op. Cit.).
En esta observación bien puede espigarse la política de los WASP usenses de adrede aislar a Filipinas del mundo hispánico al que pertenece.
12. UN VERDADERO CASO POR EL QUE ABIERTAMENTE SE PROHIBE LA ENSEÑANZA DEL ESPAÑOL, OCURRIDO EN SILAY, NEGROS OCCIDENTAL, EN 1914.
Reproducimos la crónica del caso que habla por si sólo. SILAY, Y EL ESPAÑOL. Página 142, del libro CRÓNICAS VISAYAS Por Iturriaga de Panay, Ciudad de Iloilo, Filipinas, julio de 1914. Escribe el Señor de Panay.
"Recordarán ustedes que el pueblo de Silay, Negros Occidental, sintiéndose filipino por derecho propio, acordó cultivar y defender el idioma español que modela y define la personalidad nacional de estas Islas, aunque el boceto se dibuje siempre con sus dialectos propios. Y para tan noble empresa, fundó el pueblo de Silay la primera Escuela de la Lengua Española que registra el amor nacional filipino.
"Pues bien. Esa Escuela que hace muy poco tiempo empezó a trabajar con un altruismo incomprensible para los científicos modernos de a tanto el kilo de meollo, y que ha sido, y está, siendo objeto de alabanzas, donativos y estímulos generales, resulta ahora, nada menos que amenazada de muerte por el elemento que asi mismo se llama director de la educación escolar filipina, ---bien que ese elemento, por ser oficial, niega la intención del crimen, aunque no puede ocultar sus deseos.
"El diario de Bacolod, El Atalaya de Negros, (dirigido por D. Aurelio Locsin y Lacson) ha publicado el primer acto de ese drama pasional, que nosotros, sin ser los autores, dedicamos especialmente al Honorable (Rafael) Palma, el mismo que, discurriendo en español, (porque de otro modo discurriría menos que un colchón), aconsejó a los maestros de las Escuelas Públicas (puestas por los WASP usenses con dinero filipino, ggr) que velasen por la enseñanza del idioma inglés, para hacer méritos y obtener medro personal. El argumento es el siguiente:
"En Silay se ha dicho, hasta en los más apartados bahais (cabañas de bambú y palma de nipa, ggr), que los alumnos de las Escuelas Públicas que asistan en horas libres a la Escuela de Lengua Española, serán expulsados de dichas Escuelas Públicas… Y, naturalmente, la enormidad del dicho provocó de las partes interesadas reclamos y explicaciones".
“Porque, si por medios indirectos y ventajosos se tira a inutilizar la acción legal, cultísima y patriótica de la Escuela de la Lengua Española de Silay, es evidente la indigestión de español que padecen los que, prometiendo dejar libre a Filipinas antes de nada, le impiden el libérrimo derecho de estudiar el romance castellano, que es, aunque el Honorable (Sr. Secretario de Instrucción) lo disimule, el único en que Palma puede ser útil a su patria.
13. EN 1913, UN SECRETARIO DE INSTRUCCIÓN WASP USENSE DESAUTORIZA AL “CENTRO ESCOLAR DE SEÑORITAS DE MANILA” POR SEGUIR UTILIZANDO EL IDIOMA ESPAÑOL COMO MEDIO DE INSTRUCCIÓN
Anterior al caso, en 1914, de la Escuela Española de Silay, Negros Occidental, por el que el Secretario norteramericano de Instrucción Pública, amenazó expulsar de las escuelas públicas a los alumnos que por voluntad propia se apuntaran en unas clases privadas de idioma español, ocurrió el escandaloso caso ”de opresión lingüística” (en 1913) por el que Gilbert Newton, el aludido Secretario WASP usense del “Bureau of Education”, canceló el permiso de “escuela pública” otorgado al Centro Escolar de Señoritas de Manila, por seguir utilizando el castellano como medio de instrucción. La carta oficial de Newton W. Gilbert, fechada 16 de junio de 1913, dirigida a la Srta. Librada Avelino, Directora del mencionado Centro Escolar, principia de la siguiente manera: “Asistí la noche del sábado último, durante una hora aproximadamente, a la apertura del curso de su colegio, celebrada en el Grand Opera House, y sufrí una gran decepción al ver que el colegio del que se me había hecho pensar que daba a sus alumnas una enseñanza en inglés principalmente, celebraba en castellano los números de la velada de apertura. Voy a hacer una minuciosa investigación de la clase de trabajo que se cumple en su colegio y a averiguar si los profesores pueden o no explicar bien sus asignaturas en inglés… Si la enseñanza en inglés que se da en su colegio fuese suficiente, como no parecen indicar los resultados de su curso, se habría usted visto precisada a celebrar en inglés los números de su velada inauguaral.. Si ese colegio fuese pequeño y de escasa reputación, el caso no sería tan grave; pero teniendo una escuela de gran importancia y reputación como la que usted regenta, el caso queda muy infortunado..”
La Srta. Librada Avelino en vez de contestar de inmediato la carta que se le dirigió, convocó una asamblea general de su plantilla de administradoras y profesoras, y mostró la carta de Mr. Gilbert. Además de avisar a su inmediato personal y colegas, informó también a la prensa de Manila y convocó a los padres de sus miles de estudiantas que, a su vez, la apoyaron unánimemente en su uso del castellano como medio de instrucción principal. Doña Librada Avelino, se llegó a decir después, inadvertidamente organizó un plebiscito por la retención del idioma español en Filipinas. Sus colegas, casi todas maestras filipinas formadas en español como ella, indignadas escribieron y firmaron la siguiente resolución dirigida a Mr. Gilbert con copia a todos los periódicos de Manila que, en aquel entonces, estaban todos redactados en español. La referida resolución lee en parte:
“Por cuanto, los cargos que en la presinserta carta se formulan son completamente infundados, puesto que el colegio, ademas de las clases de enseñanza puramente inglesa, enseña en inglés, pero se ven obligados sus maestros a usar el castellano, después de haber explicado en inglés las lecciones, para beneficio de aquellas alumnas que no comprenden bien este lenguaje norteamericano;
“Por cuanto, los números del programa inaugural se tuvieron que ejecutar en castellano, menos uno que estuvo en inglés, por la sencilla razón de que el público, que en masa acudió a tal acto, no conoce el inglés, pues es un hecho que muchos de los colegios particulares de Filipinas se ven igualmente precisados a celebrar sus veladas escolares en castellano porque saben que la concurrencia, formada principalmente por los padres de las alumnas, conoce el castellano y no el citado idioma inglés.
El resultado final de este conflicto es la separación del Centro Escolar de Señoritas de Manila del Departamento Americano de Instrucción Pública. El colegió se incorporó como una fundación privada y de esa manera se vió libre en muchos aspectos de los dictados del mencionado “Bureau of Public Schools”. Pero el encuentro entre la Directora Librada Avelino de este colegio y el mencionado Secretario norteamericano, fue un auténtico escándalo que tuvo un considerable eco en la prensa filipina de aquel tiempo. Entre los más señalados comentarios, presentamos el siguiente.
“Y aquí, en este país, que unos hombres de habla castellana descubrieron y evangelizaron; en este país que se abrió á la luz de la civilización en el idioma de Castilla; que ha vivido oyendo durante tres cientos años, (que es el doble de la vida de independencia de los Estados Unidos), por diez generaciones enteras, el idioma español; donde sus pensadores, sus revolucionarios, sus guerreros, sus políticos y sus mártires, han hablado, han escrito y han luchado en español; donde un Rizal, tagalo, escribió sus obras inmortales y despidióse, en el trance supremo de su holocausto, en el idioma de Castilla; donde sus médicos, sus abogados, sus jueces, sus periodistas, sus literatos, sus hombres de ciencia y de cultura, hablan español; donde la Cámara Baja, la representación popular, habla castellano y redacta sus leyes en dicho idioma; en este país, cuyo estado de sumisión y coloniaje dícese que no es indefinido; donde se pregonan á los cuatro vientos las palabras libertad, igualdad, tolerancia, “equal opportunity for al,” (idéntica oportunidad para todos); donde no se hace más que abominarse, á cada paso, de la supuesta tiranía y del supuesto despotismo del antiguo régimen, y se le ha hecho una guerra indigna en periódicos, folletos y libros de texto; en este país, que la nación norte-americana no considera como de su propiedad absoluta, sino como un sagrado fideicomiso, se trata de arrancar por la fuerza, y en el perentorio plazo de veinticinco años, de una generación escasa, el idioma español; de borrar en los corazones filipinos el habla castellana.
“Porque el español es, según algunos funcionarios coloniales, un idioma latino, inferior, un idioma que incapacita á los que lo hablan para el “self-government”, y el que solo posea el español dentro de diez años, por ese solo y único hecho, por ese horrible delito de no hablar el inglés, se le amenaza con satiarlo por hambre, con aislarlo como un apestado. Y, sin embargo, en los Estados Unidos, en la propia Norte-América, hay miles y decenas de miles de chinos y japoneses, de polacos y de bohemios, de rusos, de alemanes y de italianos que hasta ahora no conocen el inglés.
“Ya que en Filipinas ha habido un modesto colegio particular que se resiste valientemente á esa imposición del idioma inglés; que no quiere sajonizarse bajo la presión oficial, negándose de un modo gallardo á doblar la rodilla ante la gradas del trono, debemos rendirle, todos los Filipinos amantes de la libertad, ( y creo que lo somos los millones de habitantes de este archipiélago, salvo la denigrante excepción de unos cuantos lacayos), nuestro más respetuoso homenaje; debemos enviar á esas ilustres maestras filipinas el testimonio de nuestra adhesión más ardiente, y prometernos seguir su gallardísimo ejemplo cuanto de meternos el inglés en el cuerpo á viva fuerza se trate.
“Los idiomas no se imponen con leyes ni con cañones; y á la sajonización avasallante hay que responder con aquella firme serenidad que oponen los alsacianos á Germania y los polacos á Rusia. El imperio de las armas domina los cuerpos, pero no llega á los espíritus, no hay poder en la tierra que pueda forzar á un hombre á hablar contra su voluntad un idioma determinado.
Como un tremendo recuerdo de tan injusta y violenta persecución, un educador filipino de origen chino cristiano, Don Mariano Jócson, fundador de la Universidad de Manila, compuso el conocido “Himno Filipino al Idioma Español” cuyas letras, escritas por su sobrino, el poeta Remigio Jócson, son las que siguen:
“Vibre la lengua divina de Cervantes inmortal
En la nación filipina, de Burgos y de Rizal.
Cantemos filipinos, un himno de homenaje
Al idioma glorioso de nuestra libertad.
Que retumbó en nuestros valles
Y en las selvas ignotas,
Triunfe su ritmo sonoro con rumor de tempestad,
Noble lengua del decoro del amor y la verdad."
14. LOS FILIPINOS DE ORIGEN CHINO ADOPTAN EL ESPAÑOL COMO SU LENGUA MATERNA
Por otro lado, el memorándum-informe sometido por Don Carlos Palanca a la "Schurmann Commission" de 1906 señala que:
"…fuera de las ocho (8) provincias tagalas a quienes describe como de habla-española, todavía viven otras ocho (8) provincias más, fuera de aquéllas, que son igualmente de habla española." (Tomado de Tulay (Puente), semanario de la comunidad china de Manila, en su edición del 19 de abril de 1997, en un artículo escrito por el investigador é historiador Pío Andrade.).
"Además de estas dieciséis provincias de habla-española, añade el mencionado artículo de Tulay, Don Carlos Palanca nos señala a cinco (5) otras provincias más donde "se habla poco el español".
Los datos dados por Don Carlos Palanca fueron altamente considerados como de "mucho peso" por la Comisión Investigadora y Legislativa de Schurmann porque venían del chino cristiano más rico de las islas y que encabezaba el poderoso Gremio de Comerciantes Chinos Cristianos que, a su vez, tenía al día todos los datos pertinentes al mercado local que servía. De hecho, las actas de ese Gremio hasta 1930 están escritas en español.
El mismo autor, Pío Andrade, hijo, en otro artículo suyo, más reciente, y en la misma revista que sirve de vocero de la comunidad china de Filipinas, demuestra que el idioma español fue la lengua materna de muchos chinos que tras bautizarse católicos y hacerse súbditos españoles por su residencia en Filipinas, se hicieron, a la larga, tan filipinos como los indígenas de origen malayo. Escribe el Sr. Andrade:
“Otro dato importante es el papel desempeñado por el idioma español en la asimilación de los emigrantes chinos a la sociedad filipina. Los emigrantes chinos, a la vuelta del siglo pasado, llegaban a cien mil (100,000) en todas las Islas Filipinas y todos hablaban español en varios grados de proficiencia. Hoy diá, por más extraño que parezca, el último bastión de lo que queda de lengua española en Filipinas la constituyen los filipinos de origen chino cristiano, teniendo como curiosa excepción a los que son descendientes de españoles como los Padilla Zóbel de Ayala que mantenían hasta hace poco el Premio Zóbel de Hispanidad fundado por su abuelo, Don Enrique Zóbel de Ayala.”
15. ‘ASIMILACIÓN BENEVOLENTE" Y UN TAL JOHN EARLY STEVENS
Un misionero Protestante de Estados Unidos, John Early Stevens en su libro titulado "Yesterdays in the Philippines”, (Días de ayer en Filipinas) 1899, escribe con derición, si no con envidia sobre el idioma español en Filipinas "estando en todas partes" ("being everywhere"). En la página 11 de su mencionado libro, nos dice con cierto aire de desdén:
"Spanish, of course, is the court and commercial language and, except among the uneducated native who have a lingo of their own or among the few members of the Anglo-Saxon colony, it (Spanish) has a monopoly everywhere. No one can really get on without it, and even the Chinese come in with their peculiar pidgin variety. (Page 11, Op. sit.).
"El español, desde luego, es el idioma de la corte y del comercio y, salvo entre los de ninguna educación entre los nativos que tiene su propio "lingo" o entre los pocos miembros de la colonia anglosajona, este idioma tiene el monopolio en todas partes. Nadie puede verdaderamente vivir sin él; y, hasta los chinos vienen con su peculiar variedad vernacular ".
John Early Stevens se encuentra desde luego en una Manila derrotada y como miembro de la casta victoriosa de los WASP usenses que destruyó, tras robarla sus reservas en oro y plata valoradas en más de cien billones de dólares usenses, a la República de Filipinas de 1896-98, el mencionado Mr. Early Stevens se permite demostrar su racismo y su "bigotry" o intolerancia y muy petulante y muy arrogantemente escribir la siguiente ofensa a las razas existentes dentro del marco filipino con las siguientes palabras:
"As to population, Manila , in the larger sense, may hold 350,000 souls, besides a few dogs. Of the lot, call 50,000 Chinese, 5,000 Spaniards, 150 Germans, 90 English and 4 Americans. The rest are natives or half-castes of the Malay type whose blood runs in all mixtures of Chinese, Spanish and what not proportions, and, whose Chinese eyes, flat noses and high cheek-bones are queer accompaniments to their Spanish accents. Thus, the majority of the souls in Manila, ---like the dogs---, are mongrels, or mestizos, as the word is, and the saying goes that happy is the man who knows his own father."
"En cuanto a población, Manila , en el sentido más grande, tendría como unas 350,000 almas , ---además de unos cuantos perros. De este lote, llamemos 50,000 chinos, 5,000 españoles, 150 alemanes, 90 ingleses y cuatro estadounidenses.
"El resto son nativos o de media casta del tipo malayo cuya sangre corre en todas las mezclas del chino, del español y en lo que no se sabe qué proporciones, y que, cuyos ojos chinos, narices aplastadas y altos pómulos son estrafalarios acompañamientos a sus acentos españoles. Así, la mayoría de las almas de Manila --- como los perros--- son "mongrel" o mestizos, tal como es la palabra, y como el decir nos recuerda que cuan feliz es el hombre que conozca a su padre…"
Ninguno de los cronistas españoles que han escrito sobre los habitantes de estas islas, entre 1521 y 1898, han escrito de Manila tan "graciosa", como irresponsablemente sobre los filipinos en general. Esta imagen racista, dada por este sectario WASP usense, de los filipinos bien pudiera ser la razón por el que los invasores WASP usenses no vacilaron en cometer una serie de genocidios, además de cometer toda clase de atrocidades, en contra de los mismos filipinos, sea a nivel individual o a nivel colectivo.
Lo que es odioso es que todavía tenemos a unos "historiadores" en inglés que muy fácilmente atribuyen a los misioneros y bienhechores españoles las atrocidades y el genocidio que precisamente cometieron los WASP usenses.
Y éstos hasta nos hablan de una supuesta, por inexistente, "asimilación benevolente". Bien pudiera haber habido una "asimilación benevolente" por parte de los WASP usenses si Filipinas hubiese sido admitida como un Estado más de la U.S.A. y si todos los filipinos hubiesen sido convertidos en ciudadanos estadounidenses (American citizens) en la misma manera y forma en que fueron, dichos filipinos, convertidos en ciudadanos, o súbditos, españoles en 1599 cuando sus reyes indígenas aceptaron al Rey de España como su soberano natural".
16. EL INFORME FORD DE 1916 DESMIENTE LA CIFRA DEL 10% DEL CENSO DE 1903-05
Otra fuente reveladora de la extensión nacional en que se utilizaba el idioma español en Filipinas es el Informe de Henry Ford de 1916 al Presidente Woodrow Wilson de Estados Unidos.
Aunque el Censo de 1903, preparado por el gobierno de ocupación usense, dio a entender que el idioma español "lo hablaría tan solamente el diez (10) por ciento de los filipinos", el citado Informe de Ford nos lo desmiente con sus observaciones. Dice:
"Hay, sin embargo, otro aspecto en este caso que se debe considerar. Este aspecto se me presentó a mi mismo cuando yo iba viajando por las islas, usando el transporte ordinario y mezclándome con toda clase de gente de todas las condiciones"
"Aunque a base de estadísticas escolares se hace la declaración de que son más (numerosos) los filipinos que hablan inglés frente a cualquier otro lenguaje, nadie ha de estar de acuerdo con esta declaración si ha de depender del testimonio de lo que le llega al oído."
"En todas partes el español es el idioma del negocio y del intercambio social. Para que cualquiera pueda conseguir una pronta atención de quienes sea, el español resulta ser más útil que el inglés".
"Y fuera de Manila , es casi indispensable. Los Americanos que viajan por todas las islas lo usan de costumbre". (The Ford Report of 1916. #3. The Use of English. Pages 365-366.Op.cit. )
17. EL ESPAÑOL ES LA LENGUA DE LA POLÍTICA, EL COMERCIO Y LA SOCIEDAD EN FILIPINAS
Como ya lo hemos señalado con las observaciones, en 1908, del Director de Educación, Mr. Barrows, la preponderancia del español en Filipinas seguía
alarmando a los WASP usenses puesto que su agenda, de tiránicamente imponer el idioma inglés sobre el pueblo filipino, corría el peligro de fracasar.
Bien seguros estaban de imponer el inglés en sólo diez años más a partir de 1916, año en que también se aprobó la supuesta ley Jones de independencia para Filipinas. Pero, es el mismo Henry Ford, el que, en 1916, dio la segunda voz de alarma. Y la dio en los siguientes términos.
"Mientras tanto, el uso del español, en vez de disminuir ante la propagación del Inglés, parece expandirse por su propia cuenta. Este hecho ha merecido la atención oficial. El informe del Director de Educación para el año 1908 dice en su página 9 lo que sigue:
"El español continúa siendo la lengua más prominente e importante hablada en los círculos políticos, periodísticos y comerciales. El inglés tiene rivales activos como el lenguaje de intercambio y de instrucción. Es igualmente probable que ha ocurrido una disminución de interés por parte de la población adulta de aprender el idioma inglés."
Ese prurito de forzar el idioma inglés sobre los filipinos, so pretexto de un progreso rodeado de vaguedades, es nada más que una de tantas síntomas del racismo que afligen a los anglosajones protestantes que también quieren explotar económicamente a los que miran como gentes excluidas del favor de Dios.
18. LA PRENSA FILIPINA ESTÁ EN ESPAÑOL Y NO EN INGLÉS
Las quejas en contra de la popularidad del idioma español en Filipinas venían una tras otra por parte de la citada autoridad "educativa" empeñada en nada más que en la imposición del inglés para fines de explotación económica.
"Creo que es un hecho el que mucha más gente ahora conoce más el idioma español que cuando nosotros, los norteamericanos zarpamos a estas islas y consumamos su ocupación…".
"La demanda general de los despachadores es que sepan el inglés y el español."
"A través del gran aumento en número y circulación de diarios y periódicos, hay mucha más lectura ahora en español que antes…".
"Hay un significado inconfundible en el hecho de que en todas estas islas no exista un periódico filipino publicado en inglés. Todos los periódicos indígenas se publican en español y en el vernáculo. La Vanguardia, el diario de Manila de mayor circulación, tiene su sección en español y su sección en el vernáculo y la mayoría de los periódicos isleños siguen esta práctica. La Philippine Free Press, el periódico de más circulación bajo control norteamericano se publica en inglés y en español y todo el resto de los periódicos norteamericanos usan el español en conjunción con el inglés. El único periódico puramente bajo control filipino que también usa el inglés es el órgano revolucionario The Philippine Republic que se publica en Hong Kong . Está en inglés y en español siendo su meta llegar a lectores norteamericanos en su interés de fomentar la independencia filipina".
19. EL GENOCIDIO COMO POLÍTICA
El informe del Director de Educación en 1908 atribuye la rémora, en la propagación del inglés, a la acción del gobierno de extender el tiempo durante el cual se siga permitiendo el uso del español en los documentos oficiales. Continúa diciendo el Ford Report :
"….la fecha fijada para que el inglés sea la lengua de los tribunales fue aplazada hasta el 1 de enero de 1911. Esta acción, aunque recomendada por el hecho de que un mayor número de jueces y abogados quedan insuficientemente entrenados en inglés, ha tenido un efecto desventurado sobre la confianza pública en la adopción final del inglés como la lengua oficial del gobierno".
Sin embargo, el Director de Educación expresa la creencia de que la ascendencia del español era tan solamente temporaria. Dijo:
"La nueva generación, que se impondrá en los asuntos de estas islas dentro de diez años más, no va a usar el español para sus propósitos de ordinario y su influencia será decisiva. El español cesará de ser la lengua de los tribunales el 1 de enero de 1911. Está rápidamente cesando como medio de la correspondencia administrativa. Es probable que tardará más aun su uso oficial como la lengua de los legisladores".
Pero el vaticinio sobre la desaparición proyectada del idioma español en Filipinas no se cumplía a pesar de tantos años de trabajo y dinero invertidos en su contra. Es por eso que Mr. Ford nos lo señala en los siguientes términos:
"Esto (la desaparición del idioma español) se dijo hace cinco años, pero los sucesos desde aquella fecha no se han cumplido con estos vaticinios. El uso del español como lengua oficial se ha extendido hasta el 1 de enero de 1920. Su uso general parece expandirse más aun".
La persistencia del español como lengua filipina no podía desaparecer mientras la paz permitía la normal sucesión de las generaciones filipinas. Se tenía que tomar una medida violenta. Y esa medida violenta se tomó mediante los sangrientos masacres llevados a cabo con disimulo so pretexto de una guerra o una revolución creada por la misma potencia WASP usense.
20. ADQUISICIÓN MÁS FÁCIL DEL ESPAÑOL POR PARTE DEL INDÍGENA FILIPINO
Henry Ford muy claramente observó que los indígenas filipinos estaban predispuestos a fácil y rápidamente adquirir el español por encima del inglés que es más difícil para ellos por ser un idioma anti-fonético. Dice Mr. Ford:
"Los indígenas lo adquieren como una lengua viva. Lo oyen de gente que acaudilla a la comunidad y su oído está acostumbrado a su pronunciación.
"Por otro lado, este pueblo está prácticamente sin la menor base fonética de adquirir el inglés y el resultado es que lo aprenden como un lenguaje de los libros en vez de aprenderlo como un idioma vivo. El inglés queda valorado como una cualificación importante para ganarse un empleo, particularmente en el servició del gobierno, pero es cierto que hasta la fecha no demuestra la menor tendencia de haberse impuesto por encima del español o del vernáculo de uso común". (OP. Cit.).
Uno de los importantes aspectos del Ford Report, es la obvia desesperación por parte de los WASP usenses ante el continuado uso oficial del idioma español en Filipinas amén de su influencia de raíz en las lenguas indígenas de Filipinas, en el idioma tagalo sobretodo.
Esa desesperación es la razón tras los siguientes pasos "legales" que tomaron en contra del idioma español en estas islas. a costa del progreso de las futuras generaciones de filipinos que después de forzárseles el inglés, a costa del mismo dinero que contribuyen a su República Filipina, ni lo hablan bien ni lo escriben con corrección. Y cuando esos pasos "legales" fracasan, no vacilan, dichos WASP usenses y sus lacayos ‘pinoyes’, en recurrir al genocidio como se va viendo en otros casos, y sucesos, donde la intervención WASP usense cobra un papel de asesino principal.
21. VICENTE BLASCO IBÁÑEZ EN 1924
El novelista más leído de aquel tiempo era el español Don Vicente Blasco Ibáñez. La mayoría de sus novelas fueron traducidas al inglés y producidas en forma de exitosas películas de Holliwood como "Los Cuatro Ginetes del Apocalipsis" cuyo primer protagonista fue el ídolo del público norteamericano, Rodolfo Valentino.
En 1924 Don Vicente pasó por Filipinas mientras hacía un viaje alrededor del mundo. Al llegar a Manila fue muy calurosamente recibido por ambos el gobierno usense aquí y el subyugado pueblo filipino.
Hasta la Legislatura Filipina encabezada por Quézon y Osmeña, le recibieron con honores a Don Vicente durante una sesión plenaria de dicha legislatura a la que el novelista dirigió unas palabras.
Don Vicente dió dos o tres conferencias, una en la Universidad Estatal de Filipinas (UP) y otra en la Escuela Normal de Filipinas fundada durante el tiempo español (PNC). En una de sus conferencias, Don Vicente Blasco Ibáñez dijo: "y os encuentro especialmente a todos vosotros, hijos de las Islas Filipinas, que verdaderamente me habéis sorprendido, porque yo, al llegar a este país me imaginé que únicamente me encontraría con algunos intelectuales que hablarían el español, que conservarían el recuerdo del idioma español, Y ME HE ENCONTRADO CON UN PUEBLO CULTO, con un pueblo vigoroso, con un pueblo que tiene derecho a una vida amplia, inmensa, Y COMO SÍMBOLO ESPIRITUAL DE SU PERSONALIDAD, EMPLEA EL IDIOMA DE ESPAÑA, IDIOMA DE SUS PADRES, EL IDIOMA DE LA CIVILIZACIÓN EUROPEA QUE VINO AQUÍ POR PRIMERA VEZ."
(Vide el libro "Vicente Blasco Ibáñez en Manila" por José Hernández Gavira, Imprenta The Times Press, 1924, Manila.)
22. FORZANDO EL INGLÉS CON UNA SERIE DE LEYES
NEO-COLONIALES
Sigue diciendo el Ford Report.: "El archivo sobre la acción oficial en cuanto al idioma demuestra una serie de pasos de rendición frente al continuado uso del español ante el estres, o el apuro, de la necesidad. La intención original fue imponer la rápida substitución del inglés.
"La ley No. 190 de la Comisión tenía provisto que el inglés debe imponerse como la lengua oficial de todos los tribunales y todos sus archivos después del 1 de enero de 1906. La ley No. 1427 extendió ese tiempo al 1 de enero de 1911.
"La Ley No. 1946 extendió otra vez ese tiempo a enero 1 de 1913.
Por Orden Ejecutiva No. 44, fechada 8 de agosto de 1912, el requisito legal fue enmendado y terminó siendo nada más que una expresión de preferencia por el inglés. Este documento instructivo se incluye aquí como el Anejo B. "La imposibilidad de sustituir el español con el inglés en el proceso judicial y en los gobiernos provincial y municipal es de tal índole que aun queda la probabilidad de que aunque se declare oficial el idioma inglés el 1 de enero de 1913, el español ha de continuar usándose por connivencia oficial".
"Esta situación anormal tampoco fue terminada por una ley pasada el 11 de febrero de 1913. Esta ley tiene provisto que mientras el inglés es la lengua oficial, el español también será una lengua oficial hasta el 1 de enero de 1920. (Vea el Anejo C)".
"No existe ninguna perspectiva en el tiempo actual que nos indique que el español pueda ser descartado en 1920 o en otro año futuro ya que, por lo visto, su puesto como lengua oficial queda aseguradamente establecido. " (Ford Report of 1916, #4. Increasing the use of Spanish, páginas 366 y 368; #5. Legislation as to Language. Páginas 368-369, Op. Cit.).
23. EL GOBIERNO COLONIAL WASP USENSE SE ENTREGA A "UNA CASTELLANOFOBIA OFICIAL"
No pudiendo suprimir el uso oficial y nacional del idioma español en Filipinas, tal como lo tenían proyectado los invasores WASP usenses, su gobierno colonial y de ocupación, persiguió directamente el uso filipino de este idioma de forma indecorosa, irracional, arbitraria, tiránica é injusta.
Ante esa escandalosa persecución genocida, la prensa filipina en español reaccionó debidamente. El escritor Ímprogo Salcedo, en un editorial del diario manileño LA OPINIÓN escribió lo que sigue el 2 de septiembre de 1916:
“No sabemos qué grado de sinceridad o buena fe tienen esos profetas castellanófobos, ni nos compete averiguar qué alcance y penetración tiene su visión escrutadora. Lo que sí sabemos y debe saber todo el mundo a ciencia cierta, (porque a voz de cuello lo vienen pregonando los hechos), es que cada día arraiga más hondo el castellano entre nosotros y acrecen más en proporción las multitudes que lo hablan y cultivan con rendido amor”.
"Parece que a cada tentativa de ahogarlo respondiera una reacción correspondiente en sentido de vigorizarlo aún más”.
"Ello podrá ser plausible o no: es cuestión puramente de prisma personal de la que no queremos hoy ocuparnos; ---pero ya es un hecho evidente que hay que reconocer. Cada día es mayor el número de alumnos que se gradúan en centros docentes en que el castellano es la lengua predominante. Las anuales convocatorias para exámenes de abogados, viene demostrando que cada año aumenta abrumadoramente el número de examinandos que no hablan más que castellano: en la convocatoria de este año, de los 400 y tantos que se examinaron, solamente unos 30 lo hicieron en inglés”.
"¿No demuestra todo esto que el castellano, a pesar de los grandes y poderosos estímulos que de continuo y sin tasa brinda el gobierno en favor del inglés, se abre paso entre nosotros más expeditivamente que este idioma?”.
"Y sin embargo, no queriendo plegarse a la realidad de los hechos, el gobierno arrecia más cada día su campaña en contra del castellano. La última manifestación morbosa de esta castellanofobia ---llamémoslo así--- es la reciente medida decretada por la oficina de Instrucción Pública haciendo obligatorio en los colegios de Derecho el uso de textos en inglés de tratadistas americanos".
En otro editorial del mismo periódico fechada 2 de diciembre de 1916, el mismo escritor filipino escribe:
"La castellanofobia oficial va en auge constante. Es ya cosa sin remedio, desgraciadamente, la guerra a muerte declarada por la actual administración ---que en este particular parece sobrepujar a cuantas le precedieron --- contra el odiado, desvalido idioma castellano”.
"No, no es verdad que el castellano sea el idioma de la generación que se va y el inglés de la que viene. No son tan solo nuestros viejos los que por rutina o egoísmo se aferran al castellano, como hiedra que al derruido muro se abraza. Gran parte de nuestra juventud, una inmensa mayoría de ella insiste gallardamente en cultivar el castellano con preferencia sobre el inglés”.
“Jóvenes son la mayoría de los miembros de la Cámara de representantes, y ninguno de ellos se expresa en inglés. Jóvenes son, están en la flor de la juventud, casi todos los que de año en año vienen habilitándose ante la Corte Suprema para el ejercicio de la abogacía en las Islas, y de ellos el noventa por ciento no habla más que el castellano. ¿Donde está aquí el divorcio entre el castellano y la juventud?”
"Si porque una parte de la juventud intelectual filipina habla y piensa en inglés, se ha de seguir de ahí que el porvenir es para ese idioma, es porque se cree que la otra parte que piensa y habla en lengua española no merece el calificativo de intelectual o es su intelectualismo inferior en calidad. Y esta espantosa patraña es, cabalmente, lo que todavía no se ha podido demostrar”.
24. DISCRIMINACIÓN OFICIAL CONTRA LOS FILIPINOS
DE HABLA-HISPANA
El gobierno de ocupación WASP usense no solamente hizo una mentirosa propaganda denigrante en contra del valor práctico y uso lícito del idioma español por parte de los filipinos de las primeras dos décadas de 1900, sino que puso en marcha una discriminación oficial en contra de éstos en el terreno del trabajo y de la oportunidad económica dentro del mismo territorio de los filipinos.
En otro editorial titulado "Favoritismos Injustos" de LA OPINIÓN de Manila con fecha 16 de septiembre de 1916, el mismo escritor Don Ímprogo Salcedo dijo:
"…queremos ser explícitos de una vez (por todas) y hemos de decir sin tapujos, cual cumple a una convicción sincera x x x x x que nosotros creemos sinceramente que el Gobierno (de ocupación colonial WASP usense en Filipinas) obra mal-aconsejadamente y con bien poca equidad al presuponer que los jóvenes procedentes de las escuelas oficiales (las "public school") tuviesen el monopolio del saber y la capacidad”.
"Sale un graduado de la Universidad oficial (la University of the Philippines fundada en 1908) … y todo es aliciente y protección para el tal graduando, aunque sus títulos de mérito no fuesen cosa del otro jueves”.
"Mas fijaos en el contraste: un poseedor de título académico en castellano, así se consuma en afanar sin tregua, y no importa que sus méritos sean sostenibles é indiscutibles, gracias si podrá conseguir, tal vez que otra, alguna breve atención oficial”.
"La injusticia es notoria, sin que la suavice su carácter involuntario. Y es brutal, deprimente el contraste a que da margen. Las más nimias perogrulladas, los decires de segunda mano, exhibiéndose en arreo sajón, pasan por brillantes flores de cerebración intensa”.
"Mas haced en castellano, ---sobretodo en castellano "verdad"--- las más originales sutilezas del pensamiento, los más soberbios alardes de la virilidad cerebral ….. y veréis formarse un vacío gubernamental en vuestro derredor”.
"Y es que ya sólo se tolera el castellano en los hombres de nuestra política. Y aun éstos mismos tienen que prestar vasallaje al imperio omnímodo del inglés, farfullando, bien o mal, frases hechas al uso corriente…”
"Téngase bien presente que todo cuanto América haga en reconocimiento de nuestra capacidad, es un homenaje que indirectamente hace a España por cuanto es España la que nos ha dado esa capacidad". (Vide el libro: "Por el Idioma y La Cultura Hispanos", PP.102, 103 Tip. Linotype de Santo Tomás (UST), Manila, 1917.)
Es casi prolijo añadir más comentarios a lo que el escritor Ímprogo Salcedo escribe en 1916 como testigo ocular y objeto de tan tiránica y sectaria persecución gubernamental en contra del originario filipino haciendo uso de su lengua originaria en su propio país.
Lo que sí podemos añadir es que aquella persecución gubernamental en contra del castellano en Filipinas se está ahora haciendo en contra del idioma nacional filipino, el tagalo, y en contra de los otros idiomas nativos como el cebuano, el ylongo, el ilocano, el bicolano, etcétera, para que tan solamente en inglés se expresen los que nacen hablando estos otros idiomas nativos que, en el pasado, han convivido por casi cuatro siglos en armonía con el idioma español.
Las circunstancias que se desprenden en torno del empeño WASP usense de borrar por completo el idioma español en Filipinas no se ha limitado, por cierto, a las persecuciones y discriminaciones oficiales que testimonian los Ímprogo Salcedo. Han llegado al extremo de asesinar y matar, de forma indirecta desde luego, a comunidades filipinas por el mero hecho de ser de habla hispana, como lo ocurrido en 1944 a los residentes de Intramuros de Manila , del arrabal de La Ermita y otras partes de Filipinas. En fin, lo que es sencillamente un genocidio.
25. LOS DES-EDUCADOS EN INGLÉS FUERON DENOMINADOS COMO "EX-FILIPINOS" POR SUS MAYORES
Un editorial de ‘El Comercio" de 1924 califica de "ex-filipinos" a ciertos individuos de una minoría que subsirvientes demandaban la imposición forzosa del idioma inglés como el único oficial del país.
El aludido periódico, representante como era de los filipinos que, como Rizal, Del Pilar y Mabini, hablaban y escribían en español, rotundamente condenaron, a los referidos individuos como "ex-filipinos" en la misma manera, más o menos, en que los activistas de nuestros días los condenarían como una manada de "perros del WASP usense" (mga tutâ ng Kanô) puesto que, a pesar de lo que les recomendó Blasco Ibáñez, en aquel momento, prefirieron la degradación y la miseria por encima del honor y de la prosperidad y de la libertad de su propia Patria. Dice aquel editorial:
"Y ahora que Blasco Ibáñez se ha ido, ahora que la duda que abrigábamos sobre su españolismo se ha desvanecido para siempre, ahora que tenemos la solemne promesa de que su pluma está al servicio de Filipinas, algunos ex-filipinos, renegando de su pasado y de su historia, en estos precisos momentos históricos, y atacados de rinderpest mental, vuelven a pedir, -----y en estos momentos, repetimos, de gloria para España y Filipinas,-- -- la implantación del inglés, entiéndase bien, como único lenguaje oficial de Filipinas que habla, y habló, el castellano durante tres centurias, y cuya constitución como pueblo también se halla escrita en castellano”.
"La historia de nuestra indignidad como pueblo está escrita. No. De nosotros no protestamos. Protestamos en contra de esa generación insuficiente que pretende ser superior a la civilización hispana. Y, ¿por qué méritos? Por su audacia y su ignorancia amen de su cobardía!".
"Hablad en inglés ---dijo Blasco Ibáñez ---. Es un idioma mundial. Pero hablad también en español que es otro idioma mundial".
"Si el filipino olvidase el español, sería semejante al soldado que dispusiera de un magnífico fusil de repetición, de tiro larguísimo, y lo arrojase al suelo prefiriendo mejor un arcabuz más corto”.
(ESCRIPTUM EST, editorial de "El Comercio" de Manila, 18 de enero de 1924)
Pero la agenda de borrar el español no conoce límites. Y esa misma agenda se ha vuelto ahora en contra del idioma tagalo como la base que es del idioma nacional, el Filipino.
El inglés demuestra ser un idioma tan pobre y tan débil, por anti-fonético é inconsistente, que no puede convivir con ninguna otra lengua por mucho tiempo. Y más cuando esa otra lengua es fonética y más fácil como lo es el español o el tagalo. Es tan débil y tan pobre el idioma inglés que para sobrevivir se tienen antes que matar adrede a las otras lenguas con las cuales no puede convivir ni competir. Es por eso que la agenda por el inglés se reduce a un implacable genocidio dentro de Filipinas.
26. LEYES FILIPINAS POR EL ESPAÑOL
La supuesta ocupación WASP usense de Filipinas terminó en 4 de julio de 1946. La independencia filipina de los Estados Unidos se dio como una realidad. Pero cuando los legisladores filipinos de los años cincuenta pensaron que eran verdaderamente libres, como para pasar leyes a favor de la pervivencia en estas islas del idioma español, empezaron a percatarse que el “amo colonizador” aun no se ha marchado del todo de Filipinas. De todos modos, la legislatura filipina, creyéndose independiente de EE.UU., pasó en 1957 la “ley Magalona de Doce unidades” incluyendo, como asignatura regular, al idioma español en el programa general de estudios universitarios. Después de todo, el existente sistema educativo está pagado por los impuestos filipinos, y no por los colonialistas WASP usenses. Sin embargo, éstos, con sus lacayos locales, objetaron enérgicamente. Arguyeron, de forma poco convincente, que el español en Filipinas “no debe ser una lengua legislada" porque, según ellos, “vulneraba los derechos del estudiante que paga por su educación”.
Se les replicó, desde luego, que “es precisamente la lengua inglesa la que es la lengua legislada en Filipinas” y no el idioma español. Y está bien demostrado que es el inglés el que vulnera los derechos del estudiante en su propia cultura, en su propia historia y en su propia lengua nacional. Pues es un hecho innegable además que es el invasor WASP usense el que a la fuerza impuso el inglés como una estrategia militar de dominio sobre las incautas nuevas generaciones de filipinos. Además de las “armas bélicas” para forzar en Filipinas el idioma inglés, vinieron luego una serie de leyes unilaterales para conseguir ese mismo fin sin el verdadero consentimiento del pueblo filipino. Por lo tanto, los favorecedores del idioma inglés no tienen el menor derecho de reclamar, ni protestar en lo mínimo, si la ahora independiente Legislatura Filipina aprueba por voluntad propia unas leyes del Senador Enrique Magalona (1957) y del Diputado Miguel Cuenco (1960), incluyendo al idioma español como una mera asignatura regular en el programa general de estudios universitarios a costa del erario filipino. Se les recordó además en dicha réplica que las leyes filipinas a favor del idioma español fueron aprobadas unánimemente por la Legislatura y libremente refrendadas por el Presidente Elpidio Quirino y el Presidente Carlos P. García de aquellos tiempos. Pero estas razones, arrancadas de la sinceridad, no las quisieron considerar como válidas los intervencionistas WASP usenses que se agitaron. Y, como las leyes en favor del idioma español ya estaban aprobadas, los intervencionistas decidieron trabajar en contra de dichas medidas pro-lengua española, desde la sombra con la colaboración de sus muchos lacayos que se encontraban infiltrados en las esferas de la educación. Se formularon desde aquel día, un programa de campaña con el fin de abolir dichas leyes de español. Para empezar, prepararon el terreno camino al sabotaje, en el terreno de la implementación, o de la ejecución, de la actual enseñanza regular del español en las designadas aulas.
Como no podían bloquear el suministro de fondos oficiales para la implementación de dichas leyes, montaron una propaganda antiespañola enderezada a desanimar a los estudiantes y desmoralizar a los maestros y profesores filipinos de español, tildándoles indignamente “como agentes de “un oscuro colonialismo”. Una brigada de hispanófobos se formó para escribir cartas a la prena denunciando como indeseable dicha enseñanza a cada apertura de cada semestre escolar. En una concentración estudiantil encabezada por el diputado protestante, Vincenzo Sagún, se pusieron en alto pancartas que decían
“to hell with Spanish!” (¡al infierno con el idioma español!)
Ante esas medidas indignas, los denominados “hispanistas filipinos” se fueron enterando de la existencia de “los sectarios WASP usenses” infiltrados en el Departamento de Educación de una Filipinas supuestamente soberana e independiente a legislar, o no, por un idioma que es la de los fundadores del Estado Filipino, de la Primera República de Filipinas, de su primera ley orgánica, de sus primeros libros y de sus héroes nacionales como José Rizal, Andres Bonifacio y Apolinario Mabini. Desde luego que muchos católicos filipinos empezaron a entender que son los Protestantes usense, como locales, que, por anticatólicos y antifilipinos, no querían que el español permaneciera ni siquiera como una mera asignatura regular en el programa general de estudios del sistema educativo pagado por contribuyentes filipinos, la mayoría de los cuales son católicos.
La prensa local en inglés que daba paso a dichos ataques también publicaba artículos sobre los excesos españoles durante un régimen pasado de casi cuatro siglos. Los “hispanistas filipinos”, amén de los que no se proclamaban como tales por ser meros nacionalistas, no tardaron en igualmente darse cuenta que la prensa filipina en inglés es, nada más que otra instrumentalidad colonial controlada por los anuncios de compañías transnacionales, y locales, que dependían de empréstitos y de capital norteamericanos. En dichos ataques, todo lo que se repetía era la obvia mentira de que el idioma español en Filipinas es indeseable “porque todos los españoles e hispanos del mundo son malos” y que el idioma español “es, de por sí, inútil para todos los filipinos modernos”.
Desde luego que la mayoría de los estudiantes filipinos de aquellos años ya eran unos pobres despistados por su mis-education, o “des-educación”, en inglés. Pues no sabían, según las encuestas organizadas por los maestros filipinos de español (que se asociaron en una confederación nacional), nada de la verdadera historia de Filipinas, ni nada de su cultura autóctona, ni nada de su literatura nacional, ni nada de sus ciencias ni derechos indígenas. El mismo Departamento de Educación del gobierno, para asegurarse de su dañina americanización, les empujaba a dedicarse más a los deportes norteamericanos como el baloncesto (basketball), la lectura de revistas “modernas” y al patrocinio del cine americano, para su adelanto “intelectual” en inglés. Mimados por estos “programas educativos” buen número de los aludidos estudiantes fácilmente se convencían de lo indeseable que debieran ser las cuatro asignaturas de español para los que querían más tiempo para el deporte y el recreo.
Además de este grupo de despistados, también se formaron en la hispanofobia otro grupo de estudiantes orientados mediante seminarios, y una serie de “teach-in” (orientaciones ideológicas), a desdeñar las asignaturas de español y de literatura filipina en esta misma lengua como pasos encaminados a reimponer en Filipinas “el feudalismo español”. Estas destructoras orientaciones fil-hispanófobas venían complementándose con las clases regulares de “historia filipina” y de “cívica” en donde se les envenenaba la mente a los estudiantes, desde la primaria hasta a la universidad, con cuentos fabricados sobre las supuestas atrocidades, abusos y crueldades de los frailes y gobernantes españoles en Filipinas “por casi cuatro siglos”.
En resumidas cuentas, la leyenda negra anti-española, empezada en Inglaterra, Holanda y Estados Unidos desde los tiempos del Rey Enrique Octavo y su hija Elizabeth, se recicló en Filipinas desde el mismo Departamento de Instrucción pública y desde las aulas de la “University of the Philippines”, fundada en 1908 por colonialistas WASP usenses, consolidándose con la calumnia local en contra de “las doctrinas fabricadas de la Iglesia Católica de los frailes y administradores españoles”. Cuando dichas falsedades quedaban desvirtuadas por las atinadas réplicas de los “hispanistas filipinos”, los redactores de ciertos periódicos sostenidos por WASP usenses y sus seguidores, adrede omitían las verdades históricas que se presentaban, particularmente la que se trata sobre la obra española que inició el desarrollo hacia un solo Estado filipino la incorporación de las diferentes tribus indígenas y sus reinos dispersos mediante el establecimiento, dese 1571, de un gobierno central por el adelantado Miguel López de Legazpi, que es el fundador de Manila como cabecera de este Estado, amén del enriquecimiento del suelo isleño por la introducción de nuevas plantas agrícolas como el maíz, la patata, el cacao, el café, el maní, la casava y el camote, que ha solucionado el problema del hambre que antes había en este archipiélago de más de siete mil islas e islotes.
Se inventaron condiciones negativas en estas islas bajo el dominio hispano, como la existencia de más de “cien revoluciones” para convencer a los jóvenes filipinos que los WASP usenses son sus verdaderos benefactores y los españoles sus enemigos. Y cuando se trataba de la revolución de 1896 y la casi pacífica capitulación española a los mismos filipinos, se escondían desde luego las atrocidades de la soldadesca WASP usense durante los años que duró la guerra que EE.UU. declaró en contra de la Primera República de Filipinas, bajo los Presidentes Emilio Aguinaldo y Macario Sacay, que costó la vida de casi dos millones de filipinos y la pérdida, por parte de dicha República, de su reserva en oro y plata valorada en más de mil millones de dólares usenses, confiscada por los invasores norteamericanos. Se ocultaba también el hecho de que bajo España, los filipinos han sido ciudadanos españoles mientras que bajo los norteamericanos WASP usenses, nunca se les aceptó como plenos ciudadanos norteamericanos.
Sin embargo, a pesar del masivo “lavado de cerebro”, llevado a cabo de forma sistemática y persistente en todas las escuelas del país, una minoría filipina ha logrado salvar la verdad. Y es esta minoría filipina, mayoritariamente de habla hispana, la que se convence que el adversario WASP usense teme la pervivencia del idioma español en Filipinas porque sabe que este idioma es la clave de la verdadera libertad de los filipinos ante la injusta propaganda que se les perpetró tan indignamente desde 1900.
Pero, la preponderancia de esta propaganda antihispana en los libros de historia, escritos en inglés, ha logrado, por oro lado, que los estudiantes de “cerebros lavados”, se dejasen utlizar, osada y astutamente, por los que apoyan el actual colonialismo “en inglés”, para que protesten en contra de las leyes a favor del idioma español. A base de esa repetida protesta, no solamente se consiguió que dichas leyes queden anuladas ab initio en el terreno de la ejecución sino abrogadas a la larga.
Se han dado casos sobre estudiantes filipinos que fueron sobornados con dinero y fletados (hakot, en tagalo) para que salgan a la calle y se reúnan en alguna plaza a fin de formar “un parlamento de la calle” para fustigar mediante altavoces la enseñanza de un idioma que calificaban de “muerto” en todo el mundo. Los incautos estudiantes repetían como meros papagayos lo que se les dictaba de desde las juntas secretas que sus “patronos usenses” se organizaban. Y, como ya se ha demostrado repetidas veces por algunas denuncias publicadas en la prensa local, el espionaje WASP usense en Filipinas tanto se ha descubierto a si mismo en esta cuestión sobre la enseñanza de cuatro asignaturas de español que, ahora, los nacionalistas filipinos ya saben de lo extenso que es en realidad, en todos los ámbitos del actual gobierno filipino.
Y el pueblo en general, también se ha enterado que el espionaje WASP usense tiene a numerosos secuaces filipinos, muchos de ellos políticos, que ya quedan identificados “como esbirros del actual colonialismo”, (mga tuta ng Kanó en tagalo) y como espías que han infiltrado casi todos los estamentos de la burocracia local, particularmente el Departamento de Educación, Cultura y Deportes (DECS).
Es por eso que hasta unos doctores en filosofía, que declaraban al idioma español como un “idioma muerto” en el mundo, (cuando bien debieran saber que es la quinta parte de la tierra sobre el mar la que alberga a casi una veintena de repúblicas que hablan este idioma), han quedado desautorizados “como educadores de probidad” hasta nuestros días.
Esta lucha WASP usense en contra de la mera enseñanza de cuatro o más asignaturas de español en Filipinas, duró desde 1950 hasta 1987. Y, sólo se obtuvo una tregua cuando subió al poder el Presidente Marcos y se quitaron las doce unidades de literatura y poesía filipinas en español. Las asignaturas de español siguieron intactas en el programa de estudios hasta que sobrevino la supuesta revolución EDSA contra el Presidente Ferdinand E. Marcos en 1986.
El acróstico EDSA representa las iniciales del nombre de un académico filipino de la lengua española. Epifanio de los Santos , puesto como nombre de la avenida que circumvala lo que ahora es la Manila Metropolitana o, sencillamente, Metro-Manila, quedó vinculada a una revolución apócrifa de la que luego fue la “presienta Cory Aquino”. La Manila Metropolitana se compone de casi diez ciudades y varios municipios incorporados en lo que es la “National Capital Region” o la región cabecera de la República de Filipinas, y todo movimiento rebelde enderezado a deponer a un presidente filipino, como lo fue también el caso del Presidente Joseph Estrada Ejército, las masas sobornadas por el colonialismo WASP usense se concentra en una porción de esta referida avenida que ahora se llama EDSA.
(EDSA significa “Epifanio De los Santos Avenue ”. La supuesta “revolución EDSA Uno”, ideada por el intervencionismo WASP usense, arranca del asesinato del Senador Benigno “Ninoy” Aquino en 1983; ----(ahora se dice que la cabeza pensante de dicho asesinato en pleno medio día y en pleno aeropuerto internacional de Manila, es la misma CIA, espionaje central usense)---Para callarle a su viuda, Corazón “Cory” Cojuangco Aquino, se la declaró “presidenta de Filipinas” a la par que se efectuaba la actual deposición del elegido Presidente Ferdinand Marcos mediante “su secuestro por militares WASP usenses en grandes helicópteros militares que lo llevaron a Hawaii donde luego falleció.)
Además de mantener el status quo de las cuatro asignaturas de español en el programa universitario de estudios, el Presidente Marcos, para adelantar al país en el terreno de las economías, había tomado pasos decisivos para dar a las industrias del país una electricidad mucho más barata con una planta nuclear. Su objetivo era verdaderamente independizar a los filipinos de la férula monetaria y gasolinera de los Estados Unidos. Quedó de todos sabido que los “bancos internacionales” que controlan el crudo, la electricidad, el mercado de consumidores y el valor de la moneda filipina frente al dólar usense, representan el verdadero poder sobre Filipinas. El Presidente de Filipinas terminaba siendo, por lo general, un mero títere de los mandamases que representan los intereses económicos del aludido país colonizador so pretexto de “la globalización”.
Por su relación a la pervivencia del idioma español en Filipinas, bien se puede decir que la cacareada “Revolución EDSA de 1983, 1986 y 1987” en contra del Presidente Ferdinand E. Marcos, no era nada más que un pretexto para consolidar “las bases” del colonialismo WASP usense sobre las economías y los recursos naturales del pueblo filipino.
La supuesta “Revolución EDSA” se organizó para anular, nada más, los adelantos económicos y morales que el mencionado Marcos había logrado establecer durante su más bien benévola dictadura de veinte años. Acontece que esos adelantos económicos y morales chocaron inevitablemente en contra del costoso monopolio WASP usense sobre el crudo, la gasolina, el alimento, la industria del cine y la televisión, y el suministro de la electricidad y el agua potable. So pretexto de ese “choque” los tradicionales enemigos de la hispanidad filipina se valieron de las circunstancias para, de soslayo, dar al traste con lo poco de idioma español que les quedaba a los filipinos.
Para asegurarse su “victoria en contra de Marcos y en contra del idioma español en Filipinas”, el espionaje WASP usense luego convenció, con posibles amenazas de destitución, a la inelecta é incauta Presidente Corazón “Cory” Aquino que nombre una comisión constituyente, en vez de permitir una convención constituyente elegida por el pueblo en general, para que se escribiera una nueva ley orgánica, o constitución, con miras de reemplazar a la que Marcos mandó escribir en 1971-73. Entre las cláusulas de esta nueva ley orgánica, la docencia como el status oficial del idioma español en Filipinas, quedaron suprimidos unilateralmente.
Desde luego que otras provisiones y cláusulas de esta propuesta “Constitución Cory” vulneraban el derecho filipino a la autosuficiencia económica camino a la insdustrialización. Por inspiración WASP usense, esta misma “Constitución Cory” asegura que Filipinas siga siendo una economía del “free trade” (libre intercambio) a base de exportaciones de materias primas a Estados Unidos a cambio de siempre ser un mercado más para los productos completos de la industria WASP usense. Los conocedores de los defectos de esta ley orgánica de la inelecta Presidente Cory Aquino, se organizaron para frustrar su aprobación mediante un plebiscito nacional. Y resultaron numerosos sus opositores.
Pero al ver que la aprobación de dicha “ley orgánica” corría el peligro de fracasar, tanto la inelecta Presidente Cory Cojuangco de Aquino, como los espías WASP usenses, utilizaron a ciertos miembros muy “americanizados” de la Jerarquía Católica del país, para formular una estrategia de campaña.
Entre esos miembros de las órdenes religiosas “modernas” se escogió a un hermano FSC, presidente de la “DE LA SALLE University” de Manila, a fin de que trabaje para la aprobación de dicha “Constitución Cory” en el plebiscito por celebrar. Lo sorprendente es que aquel escogido FSC, poniendo aparte toda probidad religiosa, anunció a los estudiantes de la universidad que él dirigía, “que si votasen, “en el plebiscito venidero” por la propuesta ley orgánica de Cory Aquino, se librarían a la larga de la obligación de cursar cuatro asignaturas de español”.
Desde luego que la propuesta, ley orgánica además de supuestamente librarles a los estudiantes de “la carga” que significaba las cuatro asignaturas de idioma español en el nivel universitario, contenía otra cláusa, o provisión escondida, por la que la citada Sra. Cory Aquino se vería “instalada ilegalmente como presidente de Filipinas por otros seis años más” en caso de verse aprobada su propuesta constitución en el citado plebisicto nacional. Desde luego que mediante actuales fraudes electorales, usuales en la cuenta de votos puestos por el electorado, la propuesta ley orgánica fue aprobada por encima de la propuesta de los más sensatos sectores del pueblo filipino.
Así que mientras Cory Aquino permanecía por seis años más en el palacio presidencial de Malacañáng, la docencia como la oficialidad del idioma español en Filipinas quedaban totalmente suprimidas.
Con la imposición de la hoy denominada “nefasta Cory Constitution”, al fin se consiguió el viejo sueño WASP usense de eliminar el idioma español de los colegios y tribunales de Filipinas. Con esa supresión se pensó que la posición del idioma inglés en estas islas ya quedaba asegurada permanentemente.
Pero esa victoria sobre el idioma español no resultó, ni resulta, completa puesto que tras su colonial supresión como asignatura regular en 1987, lo que luego se vino identificando como una verdadera carga económica sobre los incautos estudiantes es la imposición de muchas más asignaturas de inglés, en todos los niveles de la educación "filipina", para luego tener a los graduados en un estado de analfabetismo funcional, ----pues la inmensa mayoría de los mismos, nunca llegan a dominar el inglés pasablemente bien como para usarlo utilitariamente. El inglés resulta ser un instrumento limitado para el desarrollo de la generalidad del pueblo filipino. Es un idioma elitista de unos pocos explotadores y modernos caciques con trazas de “gangster neoyorkino” . Para colmo de males, las nuevas generaciones de filipinos ni llegan a dominar, lo suficientemente bien, su propia lengua nacional como para usarlo oficialmente o literariamente como una alternativa al inglés obligatorio que se les impone a raja tabla.
A raíz de esta dislocasión y confusión lenguísticas, los supuestamente escolarizados filipinos quedan usualmente desempleados a la postre y económicamente empobrecidos dentro de su propio país. No encuentran, en su inmensísima mayoría, el puesto de trabajo que se les promete aunque se diga que sepan el inglés. Por eso se les tiene ahora que exportar como ganado en el Medio Oriente, o en los vecinos países orientales, para servir de domésticos o de elementos de prostitución.
27. TRAS SUPRIMIR LA OFICIALIDAD COMO LA DOCENCIA DEL IDIOMA ESPAÑOL, SE QUIERE AHORA IGUALMENTE SUPRIMIR AL IDIOMA TAGALO COMO AL IDIOMA CEBUANO.
La agenda lingüística, o “the language agenda”, de los invasores WASP usenses sobre Filipinas no se conforma, al parecer, con eliminar tan solamente el uso oficial del español. Para asegurarse la supuesta estabilidad del idioma inglés, se quiere ahora eliminar también al idioma tagalo juntamente con todas las lenguas principales de las islas, como el cebuano, porque de una forma u otra, representan una competencia, una alternativa segura, un desafío y hasta una amenaza y un peligro, a la forzada pervivencia del inglés en Filipinas.
Está, desde luego, la “irritante realidad” de los hispanismos activos en el tagalo como en todas las nativas lenguas principales de estas islas que a su vez sirven de base para la enseñanza y el posible renovado uso del ya suprimido idioma español. Entre las lenguas autóctonas del país, la más española es, desde luego, el chabacano o el criollo de Zamboanga, Basilan y Cavite. Este trasfondo lingüístico, en el caso del uso oficial del tagalo, ahora denominado “Filipino”, como único medio de instrucción en el sistema educativo pagado por filipinos, bien puede servir de fácil alternativa al ya dificultuoso uso del inglés por parte de la generalidad de niños y adolescentes filipinos que no lo hablan como su primera lengua.
Es de admirar que esta realidad lingüística no se ha escapado de la atención de los colonialistas WASP usenses desde la primera década de los 1900. El Secretario del Interior y Director de Instrucción Pública del gobierno colonial norteamericano sobre Filipinas a principios de los 1900, Dean C. Worcester, ya había tomado un paso decisivo en contra del futuro progreso del idioma tagalo cuando apoyó el movimiento de purificar a este idioma filipino de sus hispanismos con miras de devolverlo a su estado primitivo antes de 1521, o sea, antes de la creación del Estado filipino por la conquista española.
Aunque España y Filipinas partieron como amigos con el rendimiento del destacamento militar español en Baler, (tras verse sitiados dentro de la Iglesia de este pueblo por poco más de un año), el régimen militar norteamericano no se sentía seguro mientras el idioma español también viviese activamente como una influencia consubstancial en los vernáculos filipinos. Para deshispanizar a los filipinos, se buscó una manera de depurar al idioma tagalo de sus hispanismos y, como consecuencia, a todas las lenguas principales del país de sus respectivos hispanismos con excepción, desde luego, del idioma criollo o el chabacano de Zamboanga y Cavite.
Y se decidió quitarle al tagalo el alfabeto de 32 letras que tenía como consecuencia de su desarrollo natural como efecto y resultado de su tricentenaria convivencia con el idioma español. Debemos recordar que el idioma tagalo tenía su propio sistema de escribir y un silabario, el alíbata, que le servía de alfabeto. La propaganda WASP usense en Filipinas tenía por meta primordial denigrar todo lo que sea influencia española y es claro que pensaron de una manera genocida de poner en ejecución esa meta. Como fruto de esa agenda genocida, decidieron los WASP usenses que la mejor manera de destruirle al idioma tagalo era quitarle su alfabeto español-indígena de 32 letras y “restaurarle” su alfabeto original prehispánico. Pero, como no se pudo retroceder tan fácilmente a los tiempos prehispánicos y de nuevo imponer la escritura prehispánica del alibata, los Worcester se conformaron con crear a un grupo de filipinos puristas que, a su vez, se limitaron a traducir el citado alíbata a la letra romana española y proclamarlo como el “original alfabeto tagalo” luego denominado como el abakada de solamente veinte letras. Con el citado abakada, los Worcester , como los despistados puristas del tagalo, lacayos que son, después de todo, del colonialismo lingüístico norteamericano, se quisieron convencer a sí mismos que han encontrado un supuestamente “mejor sustituto” del alfabeto de 32 letras.
Pero tanto los Worcester como sus lacayos puristas, se han olvidado que el alfabeto de 32 letras del idioma tagalo además de seguir siendo verdaderamente superior al inventado alíbata, es también el abecedario original idioma bisaya como del idioma ilocano amén del bicolano y de tantas otras lenguas isleñas. Ese alfabeto filipino de 32 letras se lee como en español. Se dice: a, be, ce, ceache, de, e, efe, ge, hache, i, jota, ka, ele, elle, eme, ene, nang, eñe, ñga, o, pe, qu, erre, doble erre, ese, te, u, uve, doble uve, equis, y griega, o ye, y zeta. Por este alfabeto filipino de 32 letras, las palabras tagalas, como las de las otras lenguas isleñas, se deletrean y se silabizan todas en español.
El abakada que se inventaron los Worcester y los puristas tagalos que le obedecían en su prehispánico “language agenda” es el siguiente: a, ba, ka, da, e, ga, ha, i, la, ma, na, ng, o, pa, ra, sa, ta, u,. wa, ya. Y al idioma tagalo se le dio el nombre de “Pilipino” porque el citado abakada no tiene la F (efe). Pero, como el deletreo de la palabras tagalas con el abakada resultó malsonante, provocando la frecuente carcajada entre los niños y adolescentes filipinos, se ordenó luego que dichas palabras tagalas no se silabizen pronunciando las letras con la “a” de cada letra del pre-hispánico “a-ba-ka-da” (en vez de “a-be-ce-de”) sino que se vayan leyendo en inglés (“ey-bi-si”) en vez de volverlas a silabizar en español como antes era la práctica. Queda claro que siempre se quiso evitar, desde entonces, el carácter fonético del idioma tagalo cuyo reglamento es “decir y escribir las palabras tal como se pronuncian fonéticamente y vice-versa.” El choque con el alfabeto inglés consiste en “no escribir las palabras inglesas tal como se pronuncian fonéticamente en tagalo y en español”. Y esta es la raíz de la molesta confusión que ahora padecen los estudiantes filipinos cuando pasan a estudiar el anti-fonético idioma inglés.
Sin embargo, en la Constitución filipina de 1973, denominada la de Marcos, se sustituyó el nombre de “Pilipino” con el de “Filipino” por el que se decretaba la restauración del alfabeto español tagalo de 32 letras. Pero, como es de esperar, los supuestos puristas, lacayos de los WASP usenses en el Departamento de Educación de Filipinas como en el entonces “Instituto de lengua nacional”, se cuidaron de precisamente no adoptar el uso del original abecedario filipino de 32 letras por ser de influencia española. Como para desafiar y destruirlo todo, ordenaron que el alfabeto inglés se imponga como el alfabeto tagalo en las clases de lengua tagala permitiendo, a regañadientes, el uso de la Ñ española ya que muchos nombres filipinos llevan esta letra.
El gobierno filipino, bajo dictados WASP usenses, no se atreve a abiertamente suprimir la enseñanza del Tagalo-Filipino, en todos los niveles de la educación en las Islas porque sabe que las masas filipinas se van a rebelar, tarde o temprano. en contra de la imposición del inglés. Pero, el plan de destruir al idioma tagalo, aunque venga a guisa de idioma “Filipino”, está en pie. Están solamente esperando, los neocolonialistas antifilipinos, el día en que la generalidad del pueblo se olvide o viva indiferente a la suerte de sus idiomas nativos y que tenga dormida la idea de tener un idioma nacional indígena, para dar el consabido golpe de gracia al idioma tagalo juntamente con los idiomas bisayo cebuano, bisayo ilongo, bicolano e ilocano..
La gramática del idioma tagalo se desarrolla a base de afijos sobre sus más de ocho mil “palabras raíces” como base. Acontece que cinco mil de esas palabras raíces son españolas. Lo mismo ocurre en la gramática de las otras lenguas isleñas como la bisaya, la ilocana, la bicolana, etcétera. Se está tratando, pero en vano, de sustituir esas cinco mil palabras castellanas del tagalo con sus equivalentes en inglés. De allí se inspira la meta final y genocida de “matar por completo al idioma tagalo con todas las diez otras lenguas principales de estas islas.”
Recientemente, y en enero del año 2003, otra presidente de este país, ordenó muy unilateralmente la forzada imposición del inglés como el único medio de instrucción desde las clases elementales suprimiendo de esta forma hasta el uso oficial del idioma Tagalo-Filipino.
La supresión de la enseñanza del Tagalo- Filipino, por constitución, se va haciendo de forma más desvergonzada cada día, aunque sea un hecho el que esta actual juventud bien aprende, y con muchísima más rapidez, sus lecciones escolares cuando se le enseña en su propia lengua en vez del antifonético é inconsistente idioma inglés. Por otro lado, ya nos han recordado algunos tagalistas, amigos del idioma castellano, que “no se le quiere al tagalo porque los hispanismos en su seno pueden servir de base y puente para el retorno del idioma español en estas islas.” Y esa realidad les preocupa mucho a los neocolonialistas que insisten en obligar a todos los niños filipinos el idioma inglés. Total, de cada cien niños que se matriculan en el primer grado de la primaria, solamente veinte llegan al cuarto grado sin saber inglés. De esos veinte, diez terminan la secundaria, sin igualmente saber inglés. Y de estos diez, tan solamente dos terminan un curso universitario con un inglés muy imperfecto. Estas estadísticas demuestran que el inglés es la causa primordial del analfabetismo actual en Filipinas, tanto funcional como real.
28. UNA AGENDA GENOCIDA EN CONTRA DEL PUEBLO FILIPINO
En resumidas cuentas la agenda genocida en contra del pueblo filipino sigue en pie aunque su ejecución sufra contradicciones y decisivas oposiciones. Los funcionarios del actual gobierno filipino ya no son WASP usenses pero, como ya lo hemos señalado, muchos de ellos están a la orden de los colonizadores usenses allende el Oceáno Pacífico.
Al leer las mismas quejas de los antiguos administradores usenses en contra del uso preponderante del idioma español por parte del pueblo filipino, lo que siempre se hubo señalado como una clara intervención dañina o como una existente agenda genocida. contra los filipinos, salta de nuevo a la vista.
Y esa agenda consiste hasta ahora, como antes consistía, en disipar, disimuladamente, a la población filipina de habla-hispana, como a la actual de habla-tagala, de habla-visaya y de habla-zambonagueña, so pretexto de guerras o disturbios aislados. Como actual ejemplo, está el perpetuo conflicto armado en derredor de la Ciudad de Zamboanga, en la Isla de Mindanao. Se quiere, al parecer, dislocar a los zamboangueños para que su idioma criollo desaparezca mientras se les reemplaza con grupos filipinos de habla bisaya en sus tierras ancestrales.
La existencia de esta agenda genocida por parte de los que quieren dominar, desde la sombra por medio de su antifonético idioma, a todo el gobierno y pueblo de Filipinas, ya se ha visto confirmado de forma patente cuando se asesinaron por millares a los residentes de habla-hispana de Manila y cercanías, so pretexto de la "guerra de liberación" de Filipinas en 1945 contra los ocupantes japoneses.
El cañoneo WASP usense, estilo alfombra, que en 1944-45, adrede se ordenó sobre un Intramuros de Manila de habla española (juntamente con los cercanos distritos de Ermita y Binondo, donde también se hablaba el idioma criollo, o chabacano del español), queda ahora desenmascarado como una taimada medida genocida tomada, no tan solamente en contra de las existentes iglesias católicas, de gran antigüedad, sino igualmente en contra de la población filipina que rezaba en español en esas mismas iglesias. La resistencia , por parte del piloto usense, Major John Cox, de desobedecer la orden "de arriba" de bombardear a la iglesia de San Agustín de Intramuros, puesto que en la misma ya no había japoneses sino gente de habla hispana, ya es una prueba suficiente del genocidio que se hizo mediante la violencia de las armas bélicas. (Vea la página 34 del libro "San Agustin, Art & History, 1571-200," publicado por "Solutions" en Hong-Kong, ISBN 971-91571-8- 6, escrito por Pedro E Galende, OSA, y Regalado Trota José.).
29. OTRAS PRUEBAS MÁS DEL REFERIDO GENOCIDIO
Tras suprimir el uso del idioma español, sus enemigos han pasado a una segunda fase de esa campaña supresión. Por eso queda como otra prueba contundente del referido genocidio linguístico y cultural, el conocido proyecto WASP usense de precisamente aterrizar sus tropas en Filipinas, en vez de Okinawa o Formosa, durante la conclusión de la última gran guerra del Pacífico con el Japón.
Este objetivo de destruir el componente hispánico de la identidad nacional filipina, con la destrucción del idioma español en estas islas (además del otro objetivo de recolonizar en inglés a los incautos filipinos después de 1946) azuzó al alto mando WASP usense en Manila que se ordene su aterrizaje en Filipinas con el fin de enloquecer más aun a las ya desesperadas restantes tropas japonesas, aisladas en Manila, y empujarles hacia la orgía de matanza y de incendios que ahora registra la historia. Es obvio que los WASP usense de hecho proyectaron efectuar, después de las matanzas y los incendios destructivos, una "nueva reocupación neo-colonial sobre Filipinas" con el objetivo de socavar, cuando no anular, la supuesta dación de independencia filipina tal como nos lo aseguraban las leyes Hare-Haus-Cutting o Tydings-MacDuffie y Jones de los añs treinta. (Vea el documentado ensayo en tres partes del Dr. y Ex-Diputado Jesús B. Lava titulado: "Liberation or Reoccupation? ", (1.a) "Was the destruction of Manila during WW II necessary?" (¿Era necesaria la destrucción de Manila durante la Segunda Guerra Mundial?), (2.a) "MacArthur's main mission: Install a US puppet gov't.", (La Misión principal de MacArthur fue instalar un gobierno títere de los EE.UU.") (3.a) "Lack of nationalism did us in" (La Falta de Nacionalismo nos Perdió) . Philippine Daily Inquirer, Feb. 2,3, y 4, 1995.).
Se cometieron, por lo visto, dos verdaderos genocidios: uno entre los años 1899-1907 y otro en 1945, cuyos resultados posteriores todavía los podemos ver en la circular #59, serie de 1996, expedida por la actual "Comission on Higher Education", o la "Comisión de Educación Superior", (CHED) por la que no se le quiere dar el menor espació a unas asignaturas regulares de español, a escoger frente el árabe, en el programa universitario de la "educación" de Filipinas. El truco consiste en no darle créditos en unidades oficiales a las asignaturas de español, o de árabe, en colegios y universidades de Manila y provincias.
30. OTRA EVIDENCIA MÁS DEL MISMO GENOCIDIO
A propósito fue la destrucción adrede de Intramuros, la originaria ciudad de Manila , donde vivía toda una comunidad de filipinos de habla española. Y esta destrucción fue adredemente llevada a cabo para dispersar a los elementos de esta comunidad hispana.
Reiteramos que es verdad que los enloquecidos soldados japoneses quemaron muchas casas y edificios antiguos de Intramuros, pero cuando ya se terminó la guerra y los originarios residentes de Intramuros quisieron volver a sus hogares, para reconstruirlos y volver a vivir en ellos, los militares WASP usenses prohibieron dicha reconstrucción porque no querían que la comunidad de habla española de Intramuros continuase en su originario lugar. De haberse asentado de nuevo en Intramuros la comunidad filipina de habla española, no cabe duda que el idioma español irradiaría de nuevo, desde la Manila murada hacia el resto de las Islas Filipinas.
(Testimonio de Francisco González, residente originario de Intramuros, presentado al Foro Cervantes, Manila, 27 de agosto, 2003.).
Y para que dicha comunidad de hecho no se forme de nuevo, los militares WASP usenses bajo órdenes, incomprensibles para los afectados de aquellos tiempos, entraron en Intramuros con tanques de guerra, pisones y grúas para derribar todo lo que quedaba en pie.
Como otro testimonio denunciador, esta vez pictórico, existe un retrato de un tanque de guerra WASP usense forzando su entrada en el estrecho portal del Fuerte de Santiago, destruyéndolo en el acto. Desde luego que este vandalismo innecesario en contra de los símbolos de una cultura ajena por parte del ejército norteamericano no es nada nuevo. Peores actos de vandalismo cultural en contra de simbolismos católicos se registran en Europa, en Italia sobretodo, durante la segunda guerra mundial contra la alianza italo-germana.
31. DESTRUCCIÓN DE LA LITERATURA Y DE LA INTELECTUALIDAD FILIPINAS: NICOMEDES ‘NICK’ JOAQUÍN
El mejor escritor filipino en inglés es Nick Joaquín. Y así lo es porque conoce el idioma español y lo utilizó toda su vida (falleció en 2004) como su instrumento de investigación para mejor entender la historia, la identidad nacional y la cultura filipinas a fin de informar, en inglés, a las perdidas generaciones de filipinos, ya desnacionalizadas por la forzosa imposición del inglés como el único y obligatorio medio de supuesta instrucción.
Ante el trasfondo de esta tiranía colonial, Nicomedes “Nick” Joaquín escribe lo que sigue:
"El cambio del español al inglés fue un golpe fatal a nuestro crecimiento cultural; sufrió nuestro desarrollo literario –y todavía sufre–, porque la literatura es la verdadera alma del lenguaje y nos hicieron abandonar la lengua en que se había desarrollado nuestra literatura y tuvimos que empezar desde cero en inglés. Las primeras víctimas del cambio de lengua fueron, naturalmente, los escritores en español de los 1900 que, despojados de público, cayeron en el olvido, o, como Recto, que pudo haber sido una de las grandes figuras literarias, abandonaron del todo la literatura.
“Todos estos autores escribían en español con tal maestría que es razonable postular que la generación que viniera detrás de ellos elevaría esta maestría a mayores alturas produciendo una literatura de más calibre. Pero, lo que la generación siguiente produjo fueron los tentativos esfuerzos pioneros en inglés de los años veinte, una labor valiosa y heroica, pero que, sin duda, es una desviación radical del desarrollo esbozado por nuestra historia y que por lo tanto no pudo, como así sucedió, producir la gran literatura que la tremenda vitalidad intelectual de los 1890 y 1900 dejaba vislumbrar. Porque el escritor filipino en inglés ha sufrido muchísimo también por la incoherencia de nuestra cultura. Y su mejor ejemplo es José García Villa. Lógica y cronológicamente, Villa – como los escritores pioneros en inglés de los años veinte– debió haber sido la continuación del desarrollo de Rizal y Recto. Incluso pudo haber sido, tan innegable es la calidad suprema de su genio, la culminación de los 400 años de español en Filipinas. Si Rizal fue nuestro Marlowe, Villa debió haber sido nuestro Shakespeare, ----de no haber intervenido una interrupción en el desarrollo de nuestra cultura. Desafortunadamente la hubo y Villa tuvo que empezar a fabricar de la nada en vez de continuar una tradición literaria ya establecida. Villa debió haber sido el florecimiento pero tuvo, en vez, que hacerse simiente. Rizal y Recto debieron ser sus padres pero Villa tuvo que empezar de cero ----y tuvo que llenar su paternidad literaria con Sherwood Anderson y E. E. Cummings. El resultado fue una poesía "pura" y muy bella, pero no deja de ser un poesía sin raíces, ya que carece de la más mínima relación con lo que es Filipinas. Es una poesía que pudiera haber sido escrito por nadie más que un esquimal.
“Pero esto, tampoco es culpa de Villa. Es culpa de lo que ahora tenemos por "historia". Esa "historia" que le separó a Villa de sus raíces propias y verdaderas. Y él, Villa, y todos los otros escritores filipinos en inglés, no pueden dejar de sufrir por esta pérdida de tradición, esta enajenación de los autores "clásicos" de su propia historia.
"Tanto ha crecido esta enajenación que los antepasados de la vieja cultura nos parecen casi extranjeros ----o mestizos---- y ha nacido en nuestros tiempos la necesidad ridícula de explicar que la cultura que produjo a Rizal y a Aguinaldo, a los Lunas y Guerreros, a Apóstol, a Bernabé y a Recto fue una cultura tan verdadera y tan auténticamente filipina como lo puedan ser las culturas ifugao, moro, yanqui colonial, o el sajonismo ilustrado de hoy.
“La incógnita de si esa cultura ----si sólo Dewey no hubiera zarpado por aquí de inmediato--- - hubiera resultado en cultura filipina, como lo es la cultura hispana en América que se hizo específicamente mejicana, guatemalteca, argentina , etc., nunca la podremos ahora saber”.
"De todos modos, esta obra de Recto pudiera servir para indicarnos las posibilidades de la literatura que perdimos. (Vea: Una nota sobre el drama de Recto, Phiippines Free Press, 1959). (Traducción y edición web de José R. Perdigón , Abril del 2002 )”.
32. UN MAL QUE SE HIZO Y QUE SE SIGUE HACIENDO HASTA AHORA
`Queda, por cierto, bien claro el hecho de que fueron los "endemoniados" WASP usenses los que decidieron la innecesaria supresión del español como una condición, para imponer unilateralmente, so pretexto de una ley, el idioma inglés sobre el entero pueblo isleño a través de su propio sistema de educación. Desde luego que ante esa unilateralidad abusadora, se ha levantado una opinión general en contra que claramente denuncia lo que descaradamente han venido haciendo hasta ahora los referidos sectarios usenses y sus lacayos ‘pinoyes’. Esa opinión filipina a favor del idioma español se ha articulado como sigue:
"Pues, en nuestro humilde juicio, Filipinas tenía un lenguaje nacional cuando formaba parte de la nación española, y es el mismo lenguaje nacional de España, el castellano; porque Filipinas formaba parte integrante de España y nosotros éramos tan españoles como los que nacieron en la península; pero, vinieron los Estados Unidos y sin hacernos parte de su territorio, ni hacernos tan ciudadanos americanos como ellos, nos han impuesto, sin embargo, su lenguaje nacional o sea el inglés." (Página 24 de ISAGANI, revista mensual de asuntos generales, Año 1, Núm. 5, Junio de 1925, con oficinas en Calle Nuevam 466, Binondo, Manila, I.F. Tel. 2-55-37, por Modesto Reyes Lim.)
33. INSISTENCIA EN IMPONER EL INGLÉS FRENTE AL DERECHO FILIPINO A SU CULTURA Y A SU SOBERANÍA NACIONAL
En otra, y subsiguiente, edición de ISAGANI, quincenario rizalista, fechada en septiembre de 1925, y en la página 22 de la misma, el mismo Modesto Reyes Lim otra vez escribe y hace el siguiente comentario.
"Un cuarto de siglo y una Comisión (Monroe) de sabios escogidos de ciento y tantos millones de ciudadanos de la nación (Estados Unidos) que encabeza y dirige ahora el mundo, se han necesitado para venir en conocimiento de que a un pueblo, como el filipino, no se le puede imponer el lenguaje (inglés) de otro pueblo por más dinero y poder que éste tuviera".
"No otra cosa se deduce de la importante revelación que la Comisión Monroe hace en el capítulo primero de su report, después de haber examinado y observado de visu y detenidamente los resultados obtenidos del sistema de educación implantado en el país por su actual soberano, hace la friolera de un cuarto de siglo".
He aquí las muy elocuentes palabras de esa mismísima Comisión:
"Al salir de la escuela, más del 99 por ciento de los filipinos no hablarán el inglés en sus hogares. Probablemente, no más del 10 o 15 por ciento de la próxima generación usará ese lenguaje en sus ocupaciones. De hecho, solamente los empleados, los profesionales, é individuos que se hallan al servicio del gobierno, harán uso de ese modo, tal lenguaje".
"Según pues esta predicción, el inglés en Filipinas no será el lenguaje del pueblo, y a lo sumo será tan solamente el lenguaje oficial, o el del gobierno, pero sólo para consigo mismo, por lo que necesitará siempre de la interpretación y la traducción al idioma nativo (y al español) correspondiente del país, cuando ese gobierno quiera comunicarse directamente con este pueblo."
"Si se hubiera reflexionado debidamente cuando se implantó aquí la actual soberanía (de EE.UU.) y procedido con más ecuanimidad y respeto a lo que aquí había encontrado, cual es la obra de la civilización occidental por espacio de más de tres cientos años, sobre la más grande y más firme base como es el cristianismo, no se hubiera tenido por malo y despreciable todo lo que aquí existía, visto tras los cristales del egoísmo y su hermana la ignorancia, y se hubieran venerado tantas otras instituciones tan sagradas como nuestra legislación que ya quisieran tenerla otros pueblos mucho más grandes que el filipino. Entre aquellas respetables instituciones estaba la lengua de Alfonso el Sabio y del Manco de Lepanto."
34. LOS FILIPINOS CUESTIONARON EL DERECHO USENSE DE FORZAR EL IDIOMA INGLÉS SOBRE SUS ESCUELAS COMO MEDIO DE INSTRUCCIÓN Y COMO LENGUA OFICIAL EN LUGAR DEL ESPAÑOL.
Continúa el comentario popular del Director de la citada revista rizalina, Isagani. "Fuera del derecho (si lo hay) del soberano de imponer su lenguaje al pueblo a él sometido, por designios de la Providencia, según él, y por el tratado de París y los veinte millones de dollars, según la historia, ¿qué razón ni motivo ha habido para proscribir de este país el castellano y sustituirlo con el inglés?. ¿No es acaso de sentido común, que hubiera sido muy fácil propagar más el castellano, que ya se usaba como lengua oficial y se hablaba ya por muchísimas familias filipinas dentro y fuera de sus hogares, y del cual contaba entonces el país con muchos literatos, poetas y escritores distinguidos?. Indudablemente, como dice un ilustre filipino miembro actual prominente de la administración de justicia, que con el mismo tiempo y dinero gastado, sistema y otros medios modernos de instrucción empleados en la enseñanza del inglés, si en lugar de éste se hubiera continuado la enseñanza del castellano, éste se hubiera propagado en mucha mayor proporción que se haya hoy propagado el inglés. Ahora, con ese fracaso del inglés, no es nada más que natural y justo que se piense en adoptar uno de los dialectos del país como lengua oficial primero y nacional después."
En breve, los neocolonizadores WASP forzaron de forma muy brutal y muy caprichosa el idioma inglés sobre el pueblo filipino sin el menor respeto por el deseo a favor del idioma español y su propia cultura.
35. DEMANDA POR EL CINE EN ESPAÑOL: SE REITERA LA POPULARIDAD DEL IDIOMA ESPAÑOL EN FILIPINAS
La preponderancia del idioma español no solamente nos lo atestigua su uso cotidiano y oficial por la inmensa mayoría de los filipinos de los años 10 y 20 sino que hasta en los años 30 y 40 cuando la industria holiwoodense del cine norteamericano encontraba un potente mercado filipino para sus películas habladas en español.
La revista Excélsior de Manila, en su número para Julio de 1930, censura la práctica adoptada por las oficinas de la Metro-Goldwyn- Mayer en Manila de devolver a Estados Unidos las películas holiwoodenses que se producían en español. La devolución se hacía para ayudar a las autoridades WASP usenses de Manila en su campaña genocida de suprimir el uso de este idioma en Filipinas. Dice el artículo titulado "Talkies en Castellano" de la mencionada revista mensual publicada en la Calle Potenciana de Intramuros de Manila .
"Con respecto del cultivo y difusión del idioma castellano en Filipinas, una vigorosa protesta del Círculo Cervantino, del Círculo Escénico, la Asociación Talía, la Cultura Hispánica, la Peña Ibérica y otras instituciones y centros docentes cuyos nombres no se mencionan, contra el proceder de la "Metro-Goldwyn- Mayer" de no exhibir películas habladas en español, devolviéndolas "inéditas" (es decir, sin antes estrenarlas en Filipinas como era el objetivo de su envío a estas islas) devolviéndolas a los Estados Unidos. De injusto califican (dichas entidades y pueblo en protesta) semejante proceder, pues hablando y poseyendo un cuarenta por ciento de la antigua y de la actual generaciones, el idioma de Cervantes mucho mejor que el de Shakespeare, no hay razón alguna para imponerles sólo el inglés, contra todos los cánones de la equidad".
Por otro lado, el cine español y el cine mexicano se proyectaban con regularidad en los cinemas de Manila y las principales ciudades de provincia. Hasta la década de los 1960 y poco después llegaban películas de Jorge Negrete, Tito Guizar, Ninón Sevilla, Rosita Quintana, Miguel Aceves Mejía, Libertad Lamarque, Pedro Armendáriz, María Félix y Cantinflas. Exitosos taquilleros fueron películas como "Tres melodías de amor", "Historia de un amor". "El derecho de nacer", "Palabras de mujer", "Aventurera”, "La escondida", "María Bonita", "Abajo el telón", etcétera. Entre las películas españolas: "Locura de Amor" y "El Sueño de Andalucía", "El último cuplé" y tantas otras. Se vendían discos de Lola Beltrán, Ana María González, Pedro Infante, el Trío los Panchos, Los tres calaveras, Cuco Sánchez, y tantos otros artistas de España como de México.
36. HONDAS RAÍCES DE LA LENGUA, CULTURA Y CIVILIZACIÓN HISPANAS EN FILIPINAS
La prensa filipina en español de aquel tiempo se puso de acuerdo con el siguiente escrito tal como lo reproducimos a continuación. “Y menos aun cuando, olvidándose la mencionada empresa de que "la cultura y la civilización hispanas en este país han echado hondas raíces en el alma filipina" y de que puede facilmente, y sin prejuicio para ella, satisfacer a esa respetable porción del público insular, al menos que se siga llevada de un mal entendido egoísmo o de una economía peor comprendida. "Se debe considerar, además, que las películas habladas en castellano hallan franca acogida en el público de Filipinas", como lo demostró, según los protestantes manifiestan, la última cinta de la "Metro Goldwyn Mayer', titulada "In Gay Madrid", rodada en el Cine Ideal, que se proyectó durante varias semanas con llenos constantes y sin precedentes".
El artículo, después de comentar sobre el atropello que la "Metro Goldwyn Mayer" hacía a la "tan cacareada Democracia" y la libertad de expresión, termina con el siguiente párrafo. (Los subrayados son nuestros).
"Confiamos en que volverá de su acuerdo y tornaremos a ver en el Cine Ideal películas totalmente hechas y habladas en castellano, como sucede en otros cines que no son tan exclusivistas, sino que atienden, como puede apreciarse en su programa, al público gustoso en ver películas habladas en español." (página 11, Op. Cit.).
37. PRIVÁNDOLE AL CINE FILIPINO DE LO QUE EMPEZÓ A SER SU MERCADO INTERNACIONAL
Lo que no añade este artículo es el hecho de la existencia de un cine filipino en lengua española. En las historias que se escribieron del cine filipino siempre se omitió ese capítulo de películas filipinas en español siendo la primera de ellas, producida en 1936, "Secreto de Confesión". Esta película, además de exhibirse con éxito en Filipinas, fue exportada a España, a Estados Unidos y a casi todos los países sudamericanos donde fue aplaudida. Es la película que abrió un mercado internacional para el cine filipino. Pero los WASP usenses, que también producían películas habladas en español desde Holliwood, posiblemente vieron en estas películas filipinas habladas en español, una inminente competencia a sus referidas películas en el Mundo Hispánico.
Sería por eso que intensificaron la campaña de suprimir al idioma español en Filipinas para que los filipinos no compitan con ellos en el mercado internacional hispánico. La economía filipina de hoy, como su industria peliculera, pudieran haberse beneficiado grandemente de las divisas, o dólares, que dichas películas traerían devuelta a Manila .
Tras suprimir genocidamente el español y entorpecer a los filipinos sobre su historia enseñada en inglés, el cine filipino tan solamente se hace ahora en tagalo. Y si se es que se está muriendo como industria y como arte popular, es porque perdió con el idioma español el acceso que un tiempo logró tener en el mercado internacional de habla hispana.
Además de “Secreto de Confesión” la empresa peliculera Hispano Parlatone de Manila siguió produciendo películas locales en castellano. Se recuerdan películas como “Las dulces mestizas”, “Muñecas de Manila”, “El Milagro del Jesús Nazareno de Quiapo” (debe decirse que la imagen de este Jesús Nazareno fue traído de México dos siglos ha), y tantas otras que tan solamente se conocen por algunos viejos carteles que han dejado.
Durante los años 30, años de apogeo del cine filipino en español, llegó un empresario mexicano a Manila, José Tálan, con el objetivo de agenciar la distribución de estás películas filipinas en México y en Estados Unidos. También Tálan se encargaría de traer regularmente películas de México y de la Argentina . Pero el gobierno colonial norteamericano en Manila , impidió este intercambio.
C. EL RETORNO DEL IDIOMA ESPAÑOL
1. LA POSIBLE RESTAURACIÓN DEL IDIOMA ESPAÑOL EN FILIPINAS
La plena restauración del castellano como otra lengua filipina no será trabajo fácil. Pero, el statu del idioma español como lengua mundial tendrá por barómetro el grado de restauración que ha de lograr entre los filipinos de nuestros días como del futuro. No cabe duda que si el idioma español se logra restaurar como una de las lenguas oficiales de Filipinas y como una asignatura regular en todos los niveles de la educación isleña, su título como una lengua completamente mundial quedará como un hecho indiscutible. Pues el idioma español restaurado en Filipinas ha de irradiar como un idioma importante dentro del extenso ámbito asiático amén de oceánico. He allí el desafío. Desde luego que su restauración se intentó hacer en la década de los cincuenta puesto que tras la devastadora reocupación WASP usense de Filipinas al concluir, en su escenario asiático, la segunda guerra mundial contra el Japón en 1945, caracterizada por el bombardeo WASP usense de Manila y de cabeceras provinciales de estas Islas, el censo de 1950 todavía decía que los filipinos de habla-española constituían un seis (6%) por ciento de la población total. En vista de aquella realidad, la Legislatura Nacional Filipina de aquellos años aprobó unánimemente una ley que incluía al idioma español como una posible asignatura en la secundaria (La Ley de Vicente Soto y Yap), y dos leyes por las que se incluyeron ocho asignaturas (24 unidades) de idioma español y literatura filipina en el nivel universitario de forma regular. Después de todo el idioma español, arguyeron los legisladores Vicente Soto, Enrique Magalona y Miguel Cuenco, seguía siendo oficial a la par del inglés y del tagalo en estas islas. Y así se aprobó hasta que en 1964, el Presidente Marcos se vio obligado por la presión WASP usense, a descartar del programa universitario de asignaturas las cuatro de literatura filipina que se daban en español puesto que su contenido temático trataba de la invasión usense y la guerra que se le hizo a la República de Filipinas de 1898.
De hecho, desde 1964 la enseñanza regular de cuatro asignaturas de español con un crédito de 12 unidades escolares, en el nivel universitario, siguió vigente hasta que sobrevino la nefasta constitución Cory de 1987 por la que, unilateralmente, se suprimió tanto su oficialidad constituyente como su mencionada docencia regular.
Queda en pié, sin embargo, el curioso decreto del depuesto Presidente Ferdinand E. Marcos que hasta ahora reconoce al idioma español como idioma oficial “mientras no se traduzcan al idioma filipino y al inglés todos los documentos oficiales de Filipinas originalmente redactadas en esta lengua.”
No son pocos los observadores filipinos que han tildado, y tildan, de “medida draconiana” la supresión unilateral del idioma español por la fraudulenta “Cory constitution” , porque ni se llamó a discusión pública la razón de este paso tomado, en contra este idioma, tal como disponen las otras leyes y los otros reglamentos legislativos. Desde luego que también son varios los observadores filipinos que señalan esta supresión “constituyente” del idioma español como “otra fase más de la agenda genocida en contra de los filipinos de habla-hispana, estén vivos o muertos”. Dicha agenda persigue, como objetivo final, la completa desnaturalización cultural del entero pueblo filipino y la completa destrucción de su memoria como nación libre, para luego mejor explotarlo política y económicamente.
Lo sorprendente es que a pesar de esas medidas hispanófobas, todavía queden casi un millón de filipinos que todavía son de habla hispana juntamente con los de habla criolla. De hecho, antes de la innecesaria supresión de la enseñanza del español en 1987, todavía se podían encontrar en el archipiélago casi tres mil maestros filipinos de español entre los activos y los retirados. Una generación después, entre 1987 y 2008, aquél número de maestros filipinos condenados al paro, se ve, como es de esperar, drásticamente reducido. Por lo tanto, si se ha de hablar de una verdadera restauración de la enseñanza del idioma español en Filipinas, lo más importante tendría que ser la formación inmediata de nuevos y jóvenes maestros filipinos de este idioma.
Por otro lado, la actual crisis, en pleno nuevo milenio, de alimentos básicos (el arroz) y el alto costo de la electricidad como del crudo, ya está empezando a condenar al paro y a la miseria a millones de incautos filipinos y no son pocos los que creen que esta situación desventajosa es parte de un “castigo vaticinado”, desde 1840, donde la desaparición del idioma español queda considerada como una señal del comienzo de ese largo período de decadencia y pobreza para Filipinas.
Mas, la esperanza evocada por el poeta nacional, Manuel Bernabé, sobre la restauración final del idioma español aun pervive entre los que todavía se dicen “supervivientes del Holocausto”, pues bien podría potenciarse aun este remanente núcleo hispánico que aun existe en estas islas, como un elemento que luego bien podría encauzar la anhelada restauración de este idioma, mediante un atinado programa recastellanizador, que ha de venir por parte del gobierno filipino con la colaboración, desde luego, de los gobiernos de España é Hispano-América.
Como una respuesta a esa vieja esperanza, la Presidente Gloria Macapagal de Arroyo anunció en Madrid, el 29 de diciembre de 2007, que ordenaría la restauración de la enseñanza del idioma español en todos los niveles de la educación filipina. Y ha añadido que para la realización de este menester, esperaba una estrecha colaboración por parte de España.
Como queda señalado, en Manila funciona con bastante éxito un Instituto Cervantes que abrió sus puertas desde ya una década. Pero la idea de unos elementos de responsabilizarlo para la formación de nuevos y jóvenes maestros de español a destinar a casi tres mil escuelas de intermedia, a casi dos mil escuelas secundarias y a más de mil colegios y universidades del país, no parece obviamente factible. El Instituto Cervantes, por cierto colaborará en esta cruzada, pero tiene a priori sus propios programas ya delineados que no pondrán de lado para servir como el agente responsable para la ejecución de la enseñanza del idioma español en miles de centros docentes para un país de noventa o más millones de habitantes.
En resumidas cuentas, el gobierno de la Presidente Gloria M. Arroyo, no solamente debe contentarse con ordenar la restauración de la enseñanza del español sino crear un propio Programa de Becas para la Lengua y Cultura Hispanas, dotado con un presupuesto adecuado. La oferta de casi un centenar de becas a jóvenes filipinos, de ambos sexos, a fin de interesarles en aprender el idioma español con miras de luego hacerse maestros del mismo y así llenar la vacante existente en tantos centros docentes desperdigados por todas las siete mil islas, se debería de haber empezado desde el primer trimestre del año 2008.
El presidente de la Corporación Nacional de Profesores Filipinos de Español, Inc. (CONAPE, INC.) se acercó al entonces recién nombrado Director del Instituto Cervantes de Manila, Sr. José Rodríguez Rodríguez, para posiblemente crear un centenar de becas de español para los más brillantes estudiantes filipinos que se otorgarían a manera de un “Seminario de Hispanidad” cuyo examen final se daría a manera de un “concurso de conocimientos sobre España y el Mundo Hispánico”, o a manera “de una reválida de oposición”, pero éste lo denegó de plano diciendo que el Instituto Cervantes no apoya “concursos”.
El mismo presidente de la CONAPE, INC., se acercó luego al Senador Edgardo Angara, autor de la ley que establece el 30 de junio de cada año como el “Día de la Amistad Filipino-Española”, para ver si se pudiera organizar este “Seminario de Hispanidad” bajo el patrocinio de la Agencia implementadora de dicha ley, ya que ésta tiene un presupuesto de quince millones de pesos al año. La agencia implementadora está compuesta por el Secretario de Educación, Cultura y Deportes (DECS), el Secretario del Departamento de Turismo (DOT) y el Secretario del Departamento de Asuntos Exteriores (DFA) el Alcalde de Baler. Como Secretario Ejecutivo de esta Agencia Implementadora de dicha ley de “amistad”, queda nombrado el Oficial Ejecutivo. Sr. Ludovico D. Badoy, de la “National Historical Institute” que, por ahora, lo encabeza el Dr. Ambeth R. Ocampo.
El Senador Edgardo T. Angara, escribió al Departamento de Turismo, encabezado en esa fecha por el Sr. Joseph Durano, pero los técnicos que estudiaron la posibilidad de Organizar dicho “Seminario de Hispanidad” llegaron a la conclusión que tan solamente se podría organizar dicho seminario con relación a la anual celebración del Día de la Amistad Filipino-Española, si la agencia implementadora de dicha ley lo dota de fondos necesarios. Queda la posibilidad de que dicha agencia adopte el plan como parte de la obligada celebración anual del 30 de junio, fecha en que “los últimos de Filipinas” fueron declarados amigos por el gobierno del Presidente Emilio Aguinaldo.
En el curso de la organización de dicho “Seminario de Hispanidad” se propuso la adopción de un periódico en español que todavía existe en Filipinas. Se trata del semanario NUEVA ERA , de cuatro hojas, de muy poca circulación que, dotado de fondos para remunerar debidamente a los que escriban en español, anime el cultivo literario de este idioma entre los jóvenes filipinos que ahora lo aprenden. Es un hecho que no hay ni un programa de televisión en Filipinas por el que los jóvenes filipinos puedan hablar, cantar y bailar en español. Tampoco existen programas serios de investigación cultural, histórica, social y científica que animen a la juventud a escribir sus trabajos en español. Por desgracia, el Premio Zóbel de Hispanidad y Cultura, ha sido suspendido tras casi un siglo de existencia por un mal-entendido sobre “protocolos” entre los organizadores y el que antes era representante de la EFE en Metro-Manila.
Por otro lado, la Academia Filipina, correspondiente de la Real Academia Española y miembro de la Asociación de Academias de la Lengua, sólo se confina a trabajos sobre los filipinismos a incluir en el Diccionario Español. No son todos los académicos filipinos los que activamente participan en la lucha cotidiana por el uso y la enseñanza de este idioma en estas islas al menos que sigan siendo maestros o profesores de profesión.
2. SE DEBE PONER EN PRONTA EJECUCIÓN EL RECIENTE DECRETO DE LA PRESIDENTE GLORIA M. ARROYO RESTAURANDO LA ENSEÑANZA DEL IDIOMA ESPAÑOL
No cabe duda que celebramos el paso decisivo tomado por la Presidente Gloria M. Arroyo a favor de la enseñanza regular del idioma español tal como nos lo anunció en España en diciembre de 2007. A raíz de ese anuncio, se informó a la prensa local que ya se expidió la debida orden ejecutiva al Departamento de Educación, Cultura y Deportes de la República para que éste, a su vez, ponga en debida ejecución la enseñanza del español en todas las escuelas secundarias, tanto públicas como privadas, del país.
El que este ensayo escribe, concertó por propia cuenta, una reunión con la Subsecretaria de Educación, la Dra. Vilma Labrador, del mencionado Departamento de Educación, Cultura y Deportes (DECS) el 3 de junio de 2008 con miras de confirmar si de hecho se abrirán clases de español en el nivel secundario de la educación filipina en cumplimiento de la mencionada orden ejecutiva expedida. La Señora Subsecretaria, tras recibirnos en su despacho muy amablemente, nos informó que de hecho ella ya había expedido una circular departamental por la que la enseñanza facultativa, u opcional, del idioma castellano quedaba reconocida y que todas las escuelas secundarias del país, tanto públicas como privadas, estaban autorizadas a enseñar este idioma.
A nosotros nos sorprendió la frase “facultativa u opcional”. Pues, sabemos que una asignatura facultativa, u opcional, no es regular como las otras asignaturas corrientes que se encuentran explícitamente mencionadas en el programa general de estudios de este nivel educativo. Resulta que las escuelas secundarias tan solamente abrirán clases de español a voluntad de sus respectivas autoridades y si cuentan con adecuados fondos para costear tal enseñanza con maestros de español que han de conducir dichas clases debidamente.
Sin embargo, a pesar de la desventaja de ser una asignatura opcional, la oficina de la subsecretaria informó que “ hubo unos estudiantes que pidieron a las escuelas secundarias, públicas y privadas, que se les diese asignaturas de español; pero que se les tuvo que decir que no se podían organizar dichas clases para ellos por falta de maestros que sepan enseñar español.”
En otras palabras, existe una carencia bien grave de maestros de castellano que se encarguen de la asignatura española, puesto que un maestro, o una maestra, regular de la Secundaria (High School) de Filipinas, ya está casi sobrecargada porque es la que ya enseña varias otras asignaturas regulares o compulsorias como lo son el inglés, el filipino, la historia, la cívica, las ciencias naturales, la educación física, etcétera… Y, no están, por lo tanto, preparados para también enseñar español.
El Instituto Cervantes de Manila ofreció a dichos maestros del nivel secundario (o de la ‘High School’ como aquí se les califica) el curso DELE al que casi nadie de los referidos maestros se matriculó “por falta de tiempo y por falta de dinero con que invertir para tal curso”.
Como bien lo indicó la oficina encargada de programas de estudios del Departamento de Educación, Cultura y Deportes (DECS) de Filipinas, se tienen que organizar cursos pilotos de idioma español para los maestros activos. Además de aprender el idioma mismo, dichos maestros de la Secundaría también deben adquirir el método adecuado para eficazmente enseñar español a los alumnos filipinos con conciencia de su mentalidad y sus condiciones ambientales.
Y como la oficina de programas educativos de la mencionada Dra. Vilma Labrador entiende que la enseñanza del idioma español ha de venir acompañada con una actividad cultural durante la cual se ha de usar como medio el idioma español a manera de aplicación, la sugerencia de también enseñarles bailes españoles, entre ellos el flamenco, les ha parecido bien por lo que también sugirieron que se les organice un curso piloto de tales bailes españoles. Pero, estos cursos pilotos necesitan de “funding’ (capital activo) que, dada la crisis económica y la supuesta corrupción burocrática en Filipinas, no están disponibles de momento, a menos que la misma Presidenta Gloria M. Arroyo, nos lo proporcione de sus fondos discrecionales.
En resumidas cuentas, casi nada hay de momento camino a la dirección deseada.
Se tendría que buscar otra vía docente por la que se pueda encajar la enseñanza del idioma español con reconocidos créditos oficiales otorgados por el DECS del gobierno.
3. LA RESTAURACIÓN DEL IDIOMA ESPAÑOL: CÓMO LOGRARLO INICIALMENTE DENTRO DE LAS ACTUALES CIRCUNSTANCIAS.
Incumbe por lo tanto a la Presidente Gloria M. Arroyo crear un Fondo para Becas, como aquí se sugiere, para que su orden por la enseñanza del español en Filipinas obtenga una fiel traducción, siquiera inicial, en el terreno de la realidad.
La enseñanza del español en su fase implementativa no es ciertamente regular por el mero hecho de ser “opcional” o facultativa, tal como nos lo ha revelado la subsecretaria del Departamento de Educación de este gobierno. Se tiene, por lo tanto, que organizar un programa ameno y atractivo para animar a la juventud filipina a aprender español. No basta la promesa de obtener una colocación en los denominados “call center” de Metro-Manila para que una considerable porción de la juventud tome clases de español. Al parecer, los interesados en un trabajo en los “call center” (centros de llamadas telefónicas), pueden matricularse en el Instituto Cervantes de Manila que a su vez también se queja de falta de maestros y aulas. Y como ya hemos dicho, el Instituto Cervantes tiene sus limitaciones. Pues también tiene que funcionar como un escaparate cultural para la propaganda española en el exterior.
Y ese programa fácil y atractivo al que aludimos ya se ha formulado en forma de un programa de ochenta a cien becas anuales para capaces, cuando no sobresalientes, jóvenes estudiantes filipinos de las Escuelas Secundarias del país. La oficina de la Presidente Gloria M. Arroyo, por Orden Ejecutiva, bien podría dotar a este sugerido programa de Becas escolares con un fondo anual de 20 o más millones de pesos. Los becados se matricularían en un Seminario de 20 a 30 días que podría denominarse “Seminario de Hispanidad”, tal como ya se menciona en páginas anteriores. Durante esos 20 o 30 días los estudiantes becados por selección tomarían tres asignaturas: (1) 30 o más horas de español básico, utilizando los existentes hispanismos en el tagalo como base; (2) 30 o más horas de baile español (flamenco) donde el medio de instrucción sería el castellano, y (3), 30 o más horas de conocimientos sobre el Mundo Hispánico, su geografía, sus economías, su gente, su cultura, entre las cuales se incluiría la misma cultura filipina de raíz española o hispana en sus manifestaciones literarias y musicales.
Este Seminario de Hispanidad contaría con el apoyo, en cuanto a facilidades, del Departamento de Turismo, del Departamento de Educación en cuanto a créditos en unidades oficiales, del Departamento de Asuntos exteriores en cuanto a relaciones con los países de habla hispana y de aquellos otros países que tienen el idioma español como un segundo idioma preferido.
Como examen oral de culminación en cuanto al idioma español y a sus conocimientos de Hispanidad, los participantes tendrán luego, a manera de un concurso de talento y personalidad, sesiones de preguntas y respuestas, conducidas totalmente en español donde además de responder correctamente, han de demostrar algún talento en la declamación de poesías, la narración y hasta la dramatización de obras de teatro, o literarias, de autores filipinos en español.
Como otro examen de culminación sobre los conocimientos que han aprendido sobre el mundo de habla-hispana, los participantes han de organizar luego un “Desfile de las Naciones que hablan Español”. Se organizarán parejas que lleven los respectivos trajes nacionales de los mencionados países y cada una de estas parejas, así vestidas, hablarán brevemente sobre los países que representan en sus aspectos geográficos, culturales y turísticos.
Como otro examen de culminación del curso de bailes españoles, se organizaría un programa coreográfico donde los participantes han de interpretar los bailes peninsulares que se aprendieron.
Un programa de esta índole puesto en un gran salón de un hotel de cinco estrellas de Manila y puesta además por varios días o semanas en la televisión filipina, iniciaría a la postre la formación de jóvenes filipinos de habla-española de los cuales buen número de futuros maestros de este idioma podrían formarse. Y éstos serán los que han de luego poner en feliz ejecución acelerada la anunciada restauración de la enseñanza popular del idioma español en Filipinas.
Si a los participantes más sobresalientes se les otorgara además unos buenos premios en metálico, la crème de la crème de la juventud filipina de nuestros días, con gusto se matricularía, como becados, a este propuesto Seminario de Hispanidad para que se dé un empuje, de una vez por todas, a la restauración del idioma español en estas islas.
Y cuantos más Seminarios de Hispanidad se organicen en todas las Islas Filipinas, mucho mejor. Pues, la mencionada restauración como fin principal se conseguiría sin duda, conociendo cómo es la mentalidad de la juventud filipina de nuestros días.
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